Es horrible estar en la cama con los ojos cerrados, pero dándole vueltas a la cabeza con mil tonterías en espera de caer en los brazos de Morfeo. Parece imposible y cuando el dios ya se está apareciendo, el reloj marca la hora de comenzar las actividades. Estas son las situaciones más comunes en las que esos matasueños se presentan.
¿Hay que dormir ocho horas?
Como dijera Woody Allen: “hay que dormir ocho horas y trabajar otras ocho ¡Pero no las mismas!”. Cierto que, en promedio, un adulto se recupera con 6-8 horas de sueño, pero mientras más crecemos, menos dormimos. No tiene nada de malo dormir cinco horas y ver cómo funcionamos. Es decir, conocer nuestro cuerpo. No esperemos tener que dormir ocho horas, cada organismo es diferente. Si con cinco horas vamos perfectos, ¿para qué dormir más?
¿Una copita antes de dormir?
Cierto que el alcohol relaja, pero también deprime. Quizá nos vayamos a la cama felices, pero rápidamente el cuerpo digiere el líquido y nos veremos contando ovejas. Es una solución a corto plazo, pero a largo resulta peor.
Hábitos alimenticios inconstantes
Cierto que hay alimentos para mantenernos despiertos, pero incluso los que ayudan a conciliar el sueño si son tomados en exceso, tienen un efecto negativo para dormir. De la misma forma que nuestro cuerpo pide sustento cuando sus niveles de glucosa descienden, él sabe si hay una cantidad excesiva de alimento antes de dormir, y no nos permite cerrar los ojos porque la señal que manda es
“Mantente activo un rato más para digerir esta comida que acabas de ingerir”.Oscuridad total
La luz, aunque muy buena, no es lo más adecuado para el sueño. A las gallinas utilizadas para producción de huevos les aumentan las horas de luz artificial, con esto se altera su metabolismo, incluida la la puesta de huevos, que también se eleva. Cuando hay luz estamos más radiantes, activos, porque nuestra retina capta estos lúmenes extra y se reduce la producción de melatonina, que regula los periodos de sueño y vigilia.
El ciclo menstrual
Esto es solo para chicas. Conocemos bien los casi siempre molestos cambios premenstruales y, en algunas mujeres es común el insomnio. La culpable de esto es la progesterona. Esta hormona es benéfica para el sueño, ayuda a inducirlo y justo antes de esos días difíciles, hay un bajón. No hay mucho qué hacer... Resignación, intentar colocar nuestro calendario y actividades de tal modo que nos vayamos más tarde a la cama o nos levantemos antes. Eso dependerá del cuerpo de cada mujer.----Por Yahoo! Tendencias
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