Santiago.- Fueron sepultados este jueves en el cementerio de la calle 30 de Marzo de esta ciudad los restos de la exprimera dama de la República, doña Renée Klang de Guzmán, quien falleció ayer a los 98 años de edad, aquejada de complicaciones de salud.
El sepelio fue realizado tras una misa de cuerpo presente donde asistió la vicepresidenta de la República, Margarita Cedeño de Fernández, oficiada por el arzobispo de la arquidiócesis de Santiago, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, en la Catedral Santiago Apóstol de aquí.
Junto a Cedeño de Fernández familiares, amigos, funcionarios del Gobierno, representantes de la sociedad civil y militar les dieron el último adiós a quien fura esposa del hoy fenecido expresidente de la República, don Antonio Guzmán Fernández.
La Sala Capitular del Ayuntamiento de Santiago dispuso tres días de duelo en esa ciudad donde la Bandera Nacional hondeará a media asta a partir de este jueves en señal de luto.
Al momento de su deceso doña Renée recibía atenciones médicas en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Metropolitano de Santiago (HOMS).
La “eterna primera dama” como era conocida, fue atendida por un equipo de médicos encabezados por los doctores Manuel Lora Perelló y Brígida Navarro, quienes en sus últimos momentos de vida le brindaron asistencia a sus padecimientos cardiovasculares, gástricos, intestinales, pulmonares y respiratorios.
La vicepresidenta Cedeño de Fernández definió a doña Renée como una mujer cuyo ejemplo de nobleza y solidaridad hicieron historia en el país.
“Su labor y entrega por la niñez dominicana la conservarán eterna en las sonrisas de cada niña y niño dominicano. EPD querida Doña Renée. Mis oraciones para el eterno descanso de su alma Doña Renée”, manifestó Cedeño de Fernández en su cuenta de twitter.
Manifestó además “Mi corazón está triste, pero su legado y ternura nos iluminarán en cada momento”.
En la homilía, De la Rosa y Carpio indicó que las obras y las virtudes de doña Renée quedarán en la inmortalidad, en la memoria de todos los dominicanos, en especial los habitantes de Santiago.
En tanto, Sonia Guzmán, hija de doña Renée, definió el día de hoy como el más triste al haber perdido a su madre, y se comprometió, junto a su familia, en continuar con su el legado.
"Nos ha dejado el legado de su amor eterno, su compromiso con la niñez de este país, y nos sentimos comprometidos a reforzar esos valores que ella tanto defendía y cultivó", agregó Guzmán.
Su vida
Klang de Guzmán nació el 30 de noviembre del 1916 en Venezuela, de padre francés y madre brasileña. Llegó a los 14 años a la República Dominicana a residir con su familia en la ciudad de Santiago, donde pasó la mayor parte de su vida.
Se casó con el entonces agricultor Antonio Guzmán Fernández, el 28 de octubre de 1939, con quien procreó a Iván (fallecido) y Sonia, quien le sobrevive. Se convirtió en primera dama luego de que su esposo fuera electo Presidente de la República Dominicana para el período 1978-1982, posición que le dio la oportunidad de dedicarse a obras de bien social.
Se destacó por ser la fundadora y presidenta del Consejo Nacional para la Niñez (CONANI), instituido el 23 de noviembre de 1978, con el objetivo de brindar servicios a los menores desamparados.
En su labor altruista se le recuerda por organizar un grupo de voluntarios para repartir medicamentos y comidas a los afectados por el ciclón David, fenómeno que afectó al país en 1979. Dentro de sus funciones además logró pactar un acuerdo con la Organización Internacional S.O.S Kinderdorf, a fin de crear lo que luego se llamarían Aldeas Infantiles S.O.S., la que también se dedicará a brindar atención a los niños huérfanos.
Tras la muerte de su esposo, la madrugada del domingo 4 de julio de 1982 en el Palacio Nacional, faltando 43 días para terminar su mandato, retornó a Santiago, desde donde continuó trabajando como voluntaria del CONANI. Allí ocupó la vicepresidencia del Albergue Infantil Santiago Apóstol por más de 40 años, fue miembro de la Asociación Cristiana de Jóvenes, del Voluntariado para la Custodia de Bienes Culturales de Santiago, y socia de honor de la Mesa Redonda Panamericana.
Doña Renée tenía una convicción cristiana, estuvo en la entronización del Papa Juan Pablo I y Juan Pablo II en El Vaticano. Persona afable y de fino trato, que se ganó el cariño y el reconocimiento de los diferentes sectores de la sociedad dominicana, en especial de Santiago, donde la consideraban como hija adoptiva.