El narco mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán, capturado el sábado tras años de persecución, presentó el lunes un recurso de amparo para evitar ser extraditado a Estados Unidos, donde afrontaría cargos por introducir grandes cantidades de drogas en distintas ciudades, dijo una fuente judicial.
Si bien aún no hay una decisión sobre el tema, responsables de ambos gobiernos dijeron el lunes que analizarán la posible extradición del capo, que construyó un imperio de la droga entre ambos países y es considerado uno de los principales responsables por la violencia que vive México desde hace años.
"Él acaba de presentar un recurso de amparo contra la extradición ante un juzgado de amparos del Distrito Federal (Ciudad de México)", dijo a Reuters una fuente del poder judicial que prefirió el anonimato.
En el pasado, México ha utilizado la extradición para evitar que criminales peligrosos sean liberados debido a las debilidades y fallos de su sistema judicial, o que escapen como lo hizo Guzmán en 2001, debido a la complicidad de la policía a menudo corrompida por los millonarios narcotraficantes.
"Tendrá que reunirse el gabinete de seguridad para tomar la determinación que mejor convenga y que corresponda en este momento que estamos viviendo", dijo el lunes el secretario de Gobernación y jefe del gabinete de seguridad mexicano, Miguel Angel Osorio, en una entrevista radiofónica al ser consultado sobre el traslado de Guzmán a Estados Unidos.
Un portavoz judicial estadounidense había dicho el domingo que Estados Unidos buscaría la extradición del capo, pero un día después un portavoz del Departamento de Justicia dijo que la decisión será "materia de una discusión entre Estados Unidos y México".
En su país, Guzmán se enfrentaría a penas que sumadas serían de entre 300 y 400 años de prisión, pero irónicamente no pesan sobre él cargos por homicidio.
Los principales cargos son delincuencia organizada, narcotráfico, tráfico de armas y posesión de recursos de procedencia ilícita.
EXTERNALIZACIÓN DE LA VIOLENCIA
Seis procesos judiciales están abiertos en México contra Guzmán, que huyó en 2001 de un penal de máxima seguridad tras corromper autoridades y haber construido un imperio del tráfico de drogas con ramificaciones en decenas de países.
"Hasta donde sabemos, en ninguna de las órdenes de aprehensión (investigaciones de la fiscalía aceptadas por jueces) aparecen cargos por homicidio, para nada", dijo una fuente de la fiscalía federal (Procuraduría General de la República) que prefirió el anonimato.
Durante su reinado, Guzmán libró unas sangrientas batallas contra organizaciones rivales como los Zetas y los cárteles de Juárez y Tijuana, sobre todo por el control de rutas clave para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
Solo entre 2008 y 2011, las luchas entre el cártel de Sinaloa, que dirigía Guzmán, y el de Juárez, dejaron cerca de 10.000 muertos en Ciudad Juárez, ubicada frente a El Paso, Texas, y uno de los puntos claves para el tráfico de marihuana, heroína, cocaína y metanfetaminas.
Pero la organización de Guzmán, a diferencia de cárteles como los Zetas que dejan su marca en los crímenes que cometen a través de mensajes en los cadáveres, a menudo utilizaba bandas más pequeñas para combatir a sus rivales, lo que hace más difícil rastrearla como autora de homicidios.
El narcotraficante, de 56 años, rindió el domingo su primera declaración ante el juez en el penal de máxima seguridad del Altiplano, donde fue recluido el sábado y que se ubica en el Estado de México, vecino a la capital.
Guzmán está recluido solo en una celda donde tiene su propio baño, sin contacto con los demás internos y vigilado con cámaras de seguridad, dijeron las fuentes.
Un juez le presentó el domingo cargos por delincuencia organizada y delitos contra la salud (narcotráfico), en la modalidad de posesión con fines de comercio de cocaína, dijo el lunes el Consejo de la Judicatura Federal en un comunicado.
Sobre Guzmán también pesan los 13 años de condena que no cumplió por fugarse, más el delito de haberse escapado de prisión.