Estados Unidos esperó ayer a que se completara la toma de Ramadi, en Irak, para anunciar la muerte de 10 dirigentes del Estado Islámico (EI), entre ellos un “contacto directo” del cabecilla de los atentados de París, y cerrar así 2015 con una nota victoriosa que se le había resistido.
El portavoz de la misión estadounidense en Irak contra el grupo yihadista, coronel Steve Warren, anunció en una teleconferencia que desde el 7 al 27 de diciembre han acabado con la vida de 10 líderes del EI en bombardeos en Siria e Irak.