La ciudad de Nueva York superó con éxito una tormenta de nieve que se pensaba iba a ser peor, gracias a unas medidas especiales que para muchos pudieron parecer exageradas.
El temporal se desató con fuerza antes de la última medianoche, afectando a cerca de 30 millones de personas de la costa noreste de Estados Unidos, desde el estado de Nueva Jersey hasta el de Maine, en la frontera con Canadá.
Pero la preocupación se centró en Nueva York, la ciudad más poblada del país, el principal centro financiero mundial y sede de Naciones Unidas, cuyas reuniones tuvieron que ser canceladas el lunes por la tarde, aunque Wall Street siguió operando normalmente.
“Lo peor ya ha pasado”, afirmó en una rueda de prensa el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, al hacer un balance de una tormenta que golpeó en la ciudad con un impacto que fue “la mitad de lo que se había proyectado”.
De Blasio, y previamente el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ambos del Partido Demócrata, defendieron las medidas especiales adoptadas para hacer frente al temporal, como la prohibición de la circulación de vehículos en la ciudad y en otros condados.
Pero una de las decisiones más criticadas en los medios de comunicación fue la suspensión de las operaciones del metro de Nueva York, el principal motor de la ciudad y que transporta a diario seis millones de personas.
Es la primera vez que a causa de una tormenta de nieve cierra el metro de Nueva York, que sólo es subterráneo en el 40 % de su recorrido, por lo que en el resto queda expuesto a los elementos meteorológicos.
Sí han quedado suspendidas las operaciones en el metro por desastres mayores, como el huracán Sandy (2012), que causó un centenar de muertos en Nueva York y en Nueva Jersey, y en 2011 con el huracán Irene, que dejó medio centenar de muertos en la costa este del país.
Aun así, neoyorquinos como Violeta Valentín defendieron la medida. “Falta visibilidad para el conductor de los trenes. Cuando te bajas del tren, las plataformas están resbalosas y la visibilidad comprometida”, dijo a Efe Valentín.
La zona de los alrededores de Nueva York más castigada es Long Island, frente al Atlántico, a lo largo de la costa, y que tuvo una nevada que superó el medio metro, un nivel que se pensaba iba a darse también en la ciudad de Nueva York.
De hecho, en el condado de Suffolk, en Long Island, se mantienen las restricciones del tráfico de vehículos impuestas anoche y levantadas para el resto de la zona desde primera hora de este martes.
La tormenta “no fue tan grande como se preveía (en la ciudad de Nueva York), pero se movió hacia el este”, dijo el alcalde, y precisó que en la mayoría de la ciudad la nieve caída llegó a unos 25 centímetros.
Insistió en que las medidas adoptadas tenían en cuenta los pronósticos iniciales y “la gente entendió lo grave que era”, porque al prohibirse el tráfico durante la noche en la ciudad los equipos quitanieves pudieron hacer mejor su trabajo.
“Tuvimos suerte, las cosas terminaron mejor, y la gente respondió”, afirmó De Blasio.
Previamente, el gobernador Andrew Cuomo también reconoció que la tormenta fue “menos destructora” de lo previsto y defendió las medidas aplicadas.
“Prefiero estar en la situación de que ‘tuvimos suerte’ que en otra en la que digamos que ‘no tuvimos suerte y la gente muere'”, afirmó Cuomo en una rueda de prensa.
Las autoridades dijeron que el impacto mayor se estaba desplazando hacia el norte de la costa este, afectando de forma más importante a ciudades como Boston.
Allí se acumularon unos 46 centímetros de nieve y esta mañana continuaba la prohibición de circulación para vehículos que no eran de emergencia, impuesta también anoche, según informan medios locales de Boston.
En otros puntos del estado de Massachusetts tuvieron que ser desalojadas varias familias en la zona costera por el temporal, que además de grandes cantidades de nieve dejó inundaciones por la subida del nivel del mar.
No se han registrado víctimas por esta tormenta en el estado de Nueva York. Sólo se informó de la muerte, anoche, de un joven de 17 años que chocó con un poste de luz mientras jugaba con un trineo.
Se espera que en las próximas horas vuelvan progresivamente a la normalidad los aeropuertos de JFK y LaGuardia, en la ciudad de Nueva York, los más importantes del estado.
Entre el lunes y el martes las compañías aéreas han cancelado más de seis mil vuelos, según cálculos de los medios de comunicación. Las autoridades de Nueva York creen que mañana, miércoles, quedará restablecido todo el tráfico aéreo en la región.
En el vecino estado de Nueva Jersey, donde había medidas parecidas a las de Nueva York, como la restricción en el tráfico de vehículos, también fueron levantadas progresivamente, y los sistemas de transporte público volvían poco a poco a la normalidad.