(PL) Unos 130 milicianos islamistas murieron por bombardeos de la aviación iraquí a la provincia de Al-Anbar, donde tribus armadas también apoyaron hoy la contraofensiva gubernamental, mientras los extremistas siguen afianzados en zonas de Nínive y Kirkuk.
Fuentes de seguridad aseguraron que aviones del Ejército arreciaron los ataques en Rutba, en la occidental Al-Anbar y, además de las bajas fatales propinadas al Estado Islámico (EI), destruyeron 67 carros artillados.
El destacamento de inteligencia de las Fuerzas Armadas de Iraq anunció que durante una operación en una carretera de la mencionada demarcación abatió a otros 21 "takfiristas" (fundamentalistas sunnitas), entre los que también había insurgentes oriundos de otros países árabes y occidentales.
Tribus sunnitas moderadas de las regiones de Albu Alwan e Ibrahim bin Ali, en el oriente de Fallujah, tomaron las armas y comenzaron a combatir junto a las tropas gubernamentales a los extremistas del DAESH, nombre en árabe del también conocido como Estado Islámico de Iraq y el Levante (EIIL).
Según un miembro del consejo de gobierno provincial de Al-Anbar, donde se ubica Fallujah, el Ejército y los integrantes de esos clanes recuperaron el control de las mencionadas aldeas -de gran importancia agrícola- en el oriente de Qarma que durante más de seis meses estuvieron en poder del EI.
Fallujah, Qarma, Qaim, Anah, Rawa y zonas del este de Ramadi, capital de Al-Anbar, han estado bajo dominio del DAESH, pese a múltiples bombardeos indiscriminados de las tropas iraquíes para liberarlas de los jihadistas.Por otro lado, el Consejo de Ministros iraquí informó este sábado que unas 10 mil personas desplazadas por la violencia en el distrito de Tal Afar, en el oeste de Mosul, han sido transferidas de la región del Kurdistán a las provincias de Najaf, Karbala, Babel y Wasit, en el centro del país.
El director del puesto de operaciones en el ente ministerial, Mohammed Taher al-Tamimi, precisó que ese movimiento obedeció a la gravedad de la situación en Tal Afar y en el propio Mosul, cabecera de la norteña provincia de Nínive y segunda ciudad de Iraq, en manos del EI desde el 10 de junio.
Según el gobierno iraquí, más de 350 mil turkmenos abandonaron sus hogares en Tal Afar a raíz de la ofensiva del EIIL, cuyo liderazgo ha convertido Mosul en capital del califato proclamado a finales de junio y procedió a imponer una estricta interpretación del Islam sunnita.
Los takfiristas mataron a cinco musulmanes chiitas, hirieron a 15 y dañaron decenas de carros durante la detonación de una bomba en el santuario de Husseiniyat al-Mustafa del sur de Kirkuk, y asesinaron ayer a 18 policías en Al-Abbasiya, al sur de Tikrit, por resistirse a obedecer al DAESH.
Miles de familias en Mosul exigieron el viernes a clérigos sunnitas intervenir para impedir que el EI destruya más santuarios islámicos, luego del atentado con bomba que el jueves voló uno en honor al profeta Younis y un intento por derribar el del profeta Shet en la misma urbe.
El representante especial del secretario general de la ONU en Iraq, Nikolai Mladenov, y líderes políticos sunnitas condenaron la destrucción del santuario y la mezquita, y la de muchos monumentos históricos demostrativos de tradiciones milenarias en el país mesopotámico.