WASHINGTON.- La paliza que un juez de Texas le dio a su hija discapacitada en 2004, difundida en YouTube por la propia víctima, ha desatado un intenso debate en EEUU a favor y en contra del castigo corporal de menores en este país.
El juez estatal William Adams -especializado en asuntos familiares en el condado de Aransas, en el sur de Texas- propinó una fuerte paliza a su hija Hillary porque presuntamente ésta había descargado música de internet de forma ilegal.
Hillary, quien ahora tiene 23 años, grabó en secreto imágenes del castigo y las divulgó la semana pasada en YouTube (el mayor portal de intercambio de vídeos en internet) porque, según dijo a la cadena de televisión NBC, quería que su padre comprendiese su error y viera que "verdaderamente necesita ayuda y rehabilitación".
El vídeo, de unos siete minutos, ha recibido más de 5,2 millones de visitas, pero es tan gráfico que YouTube ha restringido el acceso y exige que el usuario se registre o abra una cuenta para verlo.
Las imágenes muestran cómo el juez, enfurecido, pega sin parar a su hija con un cinturón de cuero, mientras su esposa, ahora divorciada de él, la amenaza y le exige que "aguante como mujer". Según Hillary, el dolor fue tal que al día siguiente no podía caminar y, como única respuesta a su queja, su padre le contestó: "¡qué bueno!".
La policía de la localidad de Rockport ha determinado que Adams no deberá enfrentarse a cargos criminales porque los hechos ocurrieron en 2004 y los estatutos de Texas sobre ataques físicos establecen que cualquier medida legal tiene que entablarse dentro de un período de cinco años.
Hillary, que a causa de una parálisis cerebral atáxica tiene problemas de coordinación, jamás imaginó que esas violentas imágenes provocasen un clamor para que la Asociación de Abogados de Texas le revoque la licencia a su padre. O que la policía de Rockport continúe recibiendo "miles" de llamadas de todo el mundo, según la prensa local.
Tampoco pensó que la paliza desataría un intenso debate nacional a favor y en contra del castigo corporal de menores en EEUU, el único país industrializado que aún lo permite en los hogares de 19 estados, incluido Texas.
Adams ha reconocido su "arrebato", pero ha insistido en que no hizo nada indebido. "Pienso que no he hecho nada malo más que disciplinar a mi hija después de pillarla robando; perdí el control, pero he pedido disculpas.
Se ve peor de lo que es", dijo Adams en el programa "Today" de la NBC, en el que insistió en que la joven no sufrió heridas. Pero Adams, cuyas funciones incluyen la supervisión de casos sobre protección de menores, ya ha perdido ante la opinión pública.
En un programa de la cadena de televisión CNN, el juez recibió hoy apelativos como "sádico", "animal psicótico" y "loco" y varios expertos han pedido que el Departamento de Justicia investigue el asunto.
La red social Facebook tiene ahora un grupo con más de 34.000 seguidores que pide la derrota del juez en las urnas el próximo año.
Mientras, en la blogósfera abundan los mensajes a favor y en contra del castigo corporal. Los pocos que defienden al juez aseguran que no lo entienden y que no necesitan el permiso del Estado para criar a sus hijos.
Según la Iniciativa Global contra el Castigo Corporal de Niños, sólo 31 países han adoptado leyes que prohíben esa práctica en todas sus manifestaciones, tanto en el hogar como en los colegios, entre ellos España, Costa Rica, Chile, Venezuela y Uruguay.
En EEUU, el asunto queda en mano de los gobiernos estatales: en la actualidad 19 estados lo permiten en el seno del hogar y, de ellos, 11 lo aceptan también en los colegios, indica el grupo en su página de internet.
Según un informe de 2009 de la organización Human Rights Watch y la Unión de Libertades Civiles de EEUU, cerca de 250.000 niños fueron objeto de castigo corporal en las escuelas públicas en EEUU en el período 2006-2007, incluidos algunos alumnos con discapacidades.
La Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU establece que los estados deben tomar todo tipo de medidas para proteger a los menores de "todo tipo de violencia física o mental, lesión o abuso, abandono o trato negligente, maltrato o explotación, incluyendo el abuso sexual".
Hillary Adams ahora vive sola y la divulgación del vídeo no sólo demuestra que sus heridas no han cicatrizado, sino también que, al menos en EEUU, no siempre están las ideas claras sobre la diferencia entre "disciplina" y "maltrato" a menores.
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