Milicianos del Talibán llevaron a cabo una serie de ataques coordinados en Kabul y otras ciudades afganas este domingo.
Un vocero del grupo indicó que sus combatientes estaban atacando embajadas y edificios de organizaciones internaciones en el enclave diplomático de la capital, así como también la sede de la OTAN y el parlamento nacional. También dijo que llevarían a cabo ataques en las provincias de Logar y Paktia
Los corresponsales de la BBC han sentido tiros y explosiones en distintos puntos de la ciudad. De acuerdo con la OTAN, siete objetivos fueron atacados en Kabul. En Jalalabad se registraron atentados suicidas.
Uno de los edificios atacados es la embajada británica. Dos cohetes impactaron contra una torre de control. También arrojaron una granada a propulsión dentro de la casa que utilizan algunos diplomáticos británicos, dijeron testigos.
Fuentes médicas dijeron a las agencias de prensa que al menos cinco personas resultaron heridas en los ataques, y al menos dos combatientes talibanes murieron en el intercambio de fuego.
Sin embargo, es posible que estas cifras se corrijan con el paso de las horas.
Derecho al corazón de Kabul
La semana pasada fuentes del Talibán habían dado a entender que darían inicio a una nueva ofensiva. El último gran ataque de la insurgencia en Kabul había sido el pasado septiembre.
Los de este domingo son ataques a gran escala, justo en el corazón de Kabul, una zona fortificada y supuestamente segura.""Pero los hechos volvieron a sacudir la confianza de los afganos. El Talibán ha vuelto a estremecer el centro de Kabul", dice el corresponsal Bilal Sarwar
Legisladores toman las armas
El parlamentario Naeem Hameedzai Lalai, representante de Kandahar, contó a la prensa que cuando los insurgentes atacaron la sede del poder legislativo, tomó un arma y salió a disparar contra los milicianos, junto a otros legisladores.
"Yo soy representante de mi pueblo y tengo que defenderlo", razonó.
Inmediatamente después de los ataques, los residentes corrieron a refugiarse. Las calles de Kabul quedaron vacías.
Las sirenas seguían sonando cuando comenzaron a llegar las noticias de que el aeropuerto de Jalalabad, un edificio universitario en Gardez, y una base militar aérea de EE.UU. estaban todavía bajo asedio.
"Esto muestra que los talibanes no quieren la paz. No quieren negociar. Quieren seguir matando gente inocente", dijo el legislador Mirwais Yasini, de la provincia esteña de Ningarhar.
"Pero también muestra una clara falla en inteligencia. ¿Dónde estaba la inteligencia cuando llegaron los ataques coordinados?", plantea.
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