Rimsha Masih, la niña de 13 años acusada de profanar el Corán en Pakistán, ha abandonado la prisión después de tres semanas recluida, según informan desde el Gobierno. Su familia tuvo que huir por miedo a represalias de integristas musulmanes.
"Ha sido trasladada en helicóptero hacia un lugar donde descansará con su familia", ha declarado Paul Bhatti, ministro de la Harmonia Nacional, responsable de las relaciones entre la mayoría musulmana y los credos minoritarios.
Rimsha Masih, de 13 años y al parecer con síndrome de Down, se encontraba interna en un módulo de prisión preventiva para adultos en la cárcel de Adiala, en la ciudad de Rawalpindi, vecina a Islamabad.
Rimsha fue acusada de blasfemia en un incidente que presenta muchas similitudes con otros casos en Pakistán, en los que no hay pruebas materiales y todo se basa en testimonios. Según diversas versiones, la niña salió a buscar papel para usar como combustible en su hogar y recogió por error unos escritos con versos del Corán, concretamente del Qaida Nurani, un método para aprender a leer el libro sagrado musulmán.
Sin embargo, el caso dio un giro inesperado cuando a principios de septiembre la policía detuvo a un imam (autoridad religiosa islámica) por falsear pruebas. La detención se produjo a raíz de que un testigo, Hafiz Muhammad Zubair, declarara que el imam Khalid Jadoon añadió hojas del libro sagrado del islam a las que supuestamente había quemado la menor.
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