Tal como si fuera una bomba de tiempo a punto de estallar, una plataforma petrolera cargada con más de 520 mil litros de petróleo se encuentra encallada en las costas de Alaska.
La infraestructura, que pertenece a la compañía Shell, se soltó de una de sus líneas de remolque y flotó hacia un sitio rocoso, donde permanece hasta el día de hoy. Los 18 tripulantes que se encontraban en su interior fueron rescatados ilesos.
Según informó la Guardia Costera de Estados Unidos, queda descartado que se produzca un derrame. Sin embargo, desde Greenpeace aseguran que el peligro es inminente.
Una fuente citada en su sitio web por la organización ecológica señaló que “no sabemos nada acerca de los daños. Está muy oscuro y el clima es horrible. Shell y la Guardia Costera de los EE.UU. están trabajando en los próximos pasos, pero están siendo gravemente obstaculizados por condiciones meteorológicas extremas y de altamar”.
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