El 24 de abril del 2004, Alberto Plasencia, un dominicano es acusado nueve años después de haber matado de una pedrada a una mujer en Yonkers. El criollo había logrado evadir a la justicia, pero como dicen los expertos, “el crimen no prescribe” y el inmigrante fue capturado nueve años después de haber cometido el asesinato. Los fiscales del condado Westchester dijeron que Plasencia, residente en El Bronx y de 26 años de edad, estaba en un puente de Yonkers, cuando la víctima Marie McSweeney quien tenía 48, pasaba en su vehículo por los alrededores.
Plasencia, quien fue detenido por detectives de la Unidad de Casos Fríos (Cold Cases) que reabrieron la investigación sobre la muerte de la mujer en el 2009, lanzó la piedra que era del tamaño de una pelota de fútbol contra el parabrisas del carro Oldsmobile 1993 que conducía la víctima a eso de las 4:30 de la tarde.
“Esa roca impactó como un misil la cabeza de la víctima, quien perdió el control del volante y se estrelló contra una barrera de protección, cuando el coche salió de la avenida Kimball Bridge y fue a dar contra la rampa, entre arbustos de la autopista Bronx River Parkway”, explica el comunicado de la fiscalía.
La mujer y el vehículo cayeron a unos 30 metros. La anciana murió en el acto. La víctima era una católica acérrima y llevaba consigo un rosario con la efigie de San Pedro Pío, que fue hallado ensangrentado en el interior del coche.
La fiscal del distrito de Westchester Janet DeFiore dijo que la muerte de la anciana fue la pesadilla de todos los conductores que manejan por paseos como el que desde donde Plasencia le tiró la piedra, con el temor de si algún objeto los golpeará mientras manejan sus vehículos.
“El acusado lo hizo, lanzando un gran trozo de asfalto y poniendo fin a la vida de una mujer de 48 años de edad, con la misma puntería como si hubiera disparado una bala”, añadió la fiscal.
El peñón usado por Plasencia para matar a la mujer, lo tomó de una rumba de escombros que había sido tirada en el área por varios adolescentes y quienes acostumbraban a tirarles piedras a los conductores desde el puente.
Plasencia tenía 17 años en ese momento.
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