CHICAGO.- Un grupo de investigadores está haciendo trastabillar a varias personas de edad avanzada..., pero con toda buena intención.
Se trata de uno de los experimentos en los que se estudia cómo impedir las caídas, la causa principal de lesiones entre los ancianos. El tratamiento de las consecuencias de estas caídas, que pueden desembocar en incapacitaciones o algo peor, cuesta 30.000 millones de dólares anuales en Estados Unidos.
Los esfuerzos convencionales por prevenir las caídas incluyen ejercicios para mejorar la fuerza y el equilibrio, pero investigadores de la Universidad de Illinois en Chicago prueban un método completamente distinto. Se basa en los resultados preliminares prometedores de una plataforma que provoca resbalones inesperados, como si se estuviese pisando una cáscara de banana.
Ahora los científicos lo ponen a prueba con cintas continuas computarizadas. Si funciona, avizoran cintas similares especialmente diseñadas en los consultorios médicos, clínicas y centros de terapia física para instruir a la gente a evitar caídas.
Clive Pai, un profesor de terapia física que dirige la investigación, califica el método de una potencial "vacuna contra las caídas".
Las técnicas de prevención de caídas se proponen mejorar el estado físico fortaleciendo determinados músculos y mejorando el rango de movimientos y podrían requerir decenas de sesiones para ser efectivas, aclaró Pai. Su investigación se basa en el aprendizaje subconsciente y las evidencias hasta ahora demuestran que pueden ocurrir con rapidez sorprendente.
"Todo esto es aprendizaje implícito. No damos ninguna instrucción. Ellos no tienen que estar motivados: lo están naturalmente porque no quieren verse en el piso", explicó.
Pai tiene una subvención de un millón de dólares por un lustro del Instituto Nacional del Envejecimiento para estudiar y desarrollar el sistema y planea matricular a 300 participantes en los próximos cinco años.
Los científicos demostraron la técnica recientemente en el laboratorio de Pai con Mary Kaye, de 81 años, que había participado en la investigación preliminar. Estudiantes avanzados colocan pequeños sensores en brazos y piernas de Kaye para rastrear y analizar sus movimientos. Después ella queda sujeta a un arnés enganchado a un cable superior para ayudarle a permanecer erguida, de ser necesario.
En primer lugar dio varios pasos hasta que un estudiante activó el ratón de la computadora para que una sección resbalosa quedara de pronto bajo los pies de la mujer. Kaye trastabilló pero mantuvo el equilibrio.
La investigación preliminar de Pai, publicada en junio, halló que 24 resbalones similares en una sola sesión enseñaba a los sujetos de edad avanzada a controlarse y para un año después había reducido en 50% las probabilidades de caerse.
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