Vientos de 48 kilómetros por hora, con ráfagas de más de 96 kilómetros por hora lanzaron enormes columnas de humo hacia
Greer, una localidad donde ya la mayoría de sus habitantes tuvo que abandonar sus hogares.
Tanto los residentes de allí como los de la cercana zona de Sunrise recibieron la orden de evacuación en la tarde de ayer.
"Es difícil respirar. Es como una niebla espesa. Usted no puede ver nada", dijo Judy Cline, dueña de una tienda de antigüedades en Greer, tras empacar sus pertenencias ante la imposibilidad de continuar allí, describe el diario The New York Times.
En ese estado del centro-sur del país, las llamas y el espeso humo crearon mala visibilidad, lo que obligó a cerrar varias carreteras, incluido un tramo cerca de la frontera con Nuevo México.
Por su parte cerca de siete mil pobladores de Eager y Springerville, fueron advertidos por funcionarios de la oficina del Alguacil que estuvieran listos para marcharse en cualquier momento.
El fuego ha quemado miles de hectáreas desde que comenzó hace más de una semana cerca del poblado de Alpine en White Mountain.
La gobernadora de Arizona, Jan Brewer, calificó la situación de "horrible, algo que nunca había visto", después de sobrevolar el sábado el área del siniestro.
A dos mil 500 aumentó el número de efectivos que combaten las llamas, incluidos varios helicópteros e hidroaviones, mientras más de tres mil personas continúan evacuadas.
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