María nunca deseó tanto estar sola en una cama, como cuando dio a luz a su primer bebé, y se encontró con la realidad del hospital Luis Eduardo Aybar, donde las parturientas comparten cama con madres desconocidas.
La estancia de esta joven primeriza se vio agravada a consecuencia de sufrir preeclampsia severa y haber dado a luz a partir de una cesárea que le obligó a permanecer en el centro asistencial durante 3 días. Durante su estadía, un sangrado postparto manchaba la sábana compartida.
Su historia se repite en cada cama atestada de este hospital. “Yo tenía miedo de acostarme y darle (al otro niño). Era incómodo”, dijo la jovencita que apenas hace días cumplió la mayoría de edad.
María se quejó de las condiciones en las que se encuentra el hospital donde por coincidencias de la vida dio a luz. Dentro de sus críticas al sistema donde fue atendida se encuentra la falta de agua para que las parturientas pudieran ser bañadas por sus familiares.
Su situación era de mayor incomodidad por tener colocada una sonda y un suero, además de tener que estar sentada ante la ausencia de espacio. El temor en las parturientas presentes es el de adquirir una enfermedad, debido a que sus compañeras suelen emitir cierto sangrado después de dar a luz.
Según sus declaraciones, una joven reclamó por la situación, y la respuesta recibida por una de las conserjes fue: “No te preocupes que aquí no hay ninguna mujer que tenga sida, las mujeres que tienen sida son atendidas en otras salas”.
El “dormir” junto a otra parturientas, suponía la obligación de despertar con las sabanas manchadas de sangre.
La madre de María, Santa, comentó a LISTIN DIARIO que vivió momentos de angustia debido a la situación en la que se encontraba su hija, “Y cómo es que yo voy a acotejar a esta niña aquí”, señaló como su principal pensamiento al verla compartiendo la camita junto a otras tres vidas.
De acuerdo a sus declaraciones, lo peor de esos días fue recibir la llamada de una hermana, que es enfermera igual a ella, pidiéndole llevar agua para bañarla. “Yo tuve que llevarme dos galones de agua en un motor para bañar a mi hija. Afortunadamente, cuando llegué ya mi hermana había buscado agua en el área de lavandería”, dijo mientras reía por impotencia.
Sin embargo, la familia reconoce un buen trato de parte del personal médico del hospital, de los cuales dijeron no es su culpa la situación que allí se vive.
Esta situación demuestra la carencia de centros asistenciales en la capital dominicana y en la provincia de Santo Domingo. En el período comprendido entre los años 2005 al 2009, unas 652,350 vidas vieron la luz en el país.
De este total, unos 457,303 se produjeron en el Distrito Nacional y otros 88,564 nacieron en la provincia de Santo Domingo. En total, unas 545,867 vidas nacieron en la demarcación conocida como Gran Santo Domingo.
Este total hace referencia tanto a los hospitales públicos, quienes ostentan la gran mayoría, como a las clínicas privadas.
Maternidad de Los Mina
La compleja situación en que se ven embargadas las recientes madres, no le da opción de escoger, solo la posibilidad de quizá tener que dormir en una silla porque la cama asignada hasta dar de alta tiene que compartirla con otra parturienta y su bebé.
La compleja situación en que se ven embargadas las recientes madres, no le da opción de escoger, solo la posibilidad de quizá tener que dormir en una silla porque la cama asignada hasta dar de alta tiene que compartirla con otra parturienta y su bebé.
La problemática también está presente en el Hospital Materno Infantil San Lorenzo de Los Mina, aunque se presenta en menor cantidad.
Las parturientas, aun con su estado delicado por un reciente parto denuncian su estado de inconformidad por la situación.
“Cuando llegué al hospital en la cama había dos mujeres, y fácilmente puedes ver hasta tres en una cama, lo que realmente es incómodo”, así se expresó Fátima, una de las madres afectadas.
A las jóvenes madres se les dice que no hay camas suficientes y tienen que esperar la de alta en una cama compartida, con las manchas de sangre de ambas y los pequeños inocentes acostados en ellas.
Damaris, otra joven madre dijo que durmió en una silla y dejó a su bebé en la cama junto a otra compañera y su criatura, ya que ambas no podían estar en la cama de poco espacio y poca comodidad.
Maternidad de la Altagracia
En el caso de la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia no se presenta esta situación. Según el director de dicho hospital, Juan Cid Troncoso, a pesar de que el centro de salud es de referimiento nacional y recibe más de 700 usuarios al día, cuentan con camas suficientes para satisfacer la demanda de pacientes, y si están completas se busca la manera de controlar la situación, buscando una cama o refiriéndola a otro hospital.
En el caso de la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia no se presenta esta situación. Según el director de dicho hospital, Juan Cid Troncoso, a pesar de que el centro de salud es de referimiento nacional y recibe más de 700 usuarios al día, cuentan con camas suficientes para satisfacer la demanda de pacientes, y si están completas se busca la manera de controlar la situación, buscando una cama o refiriéndola a otro hospital.
“Se reconoce que a veces hay un alto flujo de pacientes, pero en esos casos se hace lo necesario para buscar la solución”, precisó.
Para el galeno tener dos y tres pacientes en una sola cama es falta de higiene e inhumano ya que ambas mujeres pueden contraer una enfermedad o contagiarse una a la otra de alguna infección o mal que padezcan.
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