MONTERREY, México. Desconocidos entraron a un casino en la norteña ciudad de Monterrey ayer y rociaron gasolina para iniciar un incendio que mató al menos a 45 personas y dejó una decena herida, informaron las autoridades.
El incendio en el Casino Royale en la tercera ciudad más grande del país representa uno de los ataques más letales en contra de un centro de entretenimiento en México desde que el presidente Felipe Calderón lanzó una ofensiva en contra de los cárteles de las drogas en el 2006.
"Esta es una noche de tristeza para México", dijo en un discurso televisado Alejandro Poiré, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional. "Se ha cometido un acto de terror indecible, repugnante, inadmisible".
Añadió que "estos actos indecibles de terror no quedarán impunes", y que las autoridades federales estaban ayudando a las fuerzas estatales en la investigación de los hechos.
En su cuenta en Twitter, el presidente Felipe Calderón calificó el ataque como un "aberrante acto de terror y de barbarie" y escribió que "estos repudiables actos nos obligan a todos a perseverar en la lucha contra esas bandas de criminales sin escrúpulos".
El procurador general de Justicia de Nuevo León, Adrián de la Garza, informó que las autoridades han sacado unos 40 cuerpos, pero que la cifra podría aumentar. Dijo que un cartel de narcotráfico aparentemente fue responsable del ataque. Los carteles mexicanos frecuentemente extorsionan a los casinos y otros negocios. Muchas veces los atacan y queman sus edificios si se rehúsan a pagar.
Elementos de la policía estatal dijeron que algunos sobrevivientes narraron que dos decenas de hombres entraron al casino, aparentemente para robarlo y comenzaron a rociarlo con gasolina de tanques que llevaban con ellos. Los oficiales no quisieron dar su nombre por razones de seguridad.
Con gritos e insultos, los atacantes le pidieron a los clientes y empleados que se salieran, pero horrorizados por el comando, muchos se metieron al fondo del edificio y quedaron atrapados.
El alcalde de Monterrey, Fernando Larrazábal dijo que muchos clientes y empleados se encerraron en los baños del casino para escapar de los hombres armados y ahí perecieron.
La residente de Monterrey, María Tomas Navarro, de 42 años, estaba llorando en las afueras del edificio del casino en espera de oír algo sobre su hermano Génaro Navarro Vega, de 25 años, quien trabajaba en el área de bingo. Navarro dijo que llamó al celular de su hermano "pero no me contestó, no sé lo que está pasando", dijo. "No hay nadie a quien preguntarle".
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