Investigadores policiales localizaron el cráneo de la joven Wilma Teresa Martínez, a unos 50 metros de donde ayer fue encontrada la osamenta de su cuerpo.
Así lo informó el vocero de la Policía, coronel Máximo Báez Aybar, quien dijo que la acusada Crismeiri Guerrero condujo a los investigadores hasta el lugar donde se encontraba el cadáver, en la carretera Miches-El Seibo, y confesó que el móvil del crimen fueron 80 mil dólares que ella creía que la víctima había recibido.
Al explicar cómo ocurrió el hecho, el vocero dijo que Guerrero junto a su hermana, quien también está detenida, cometieron el crimen en la residencia de la víctima, donde estaban esperando una supuesta hechicera.
Dijo que, cuando esperaban a la hechicera en la casa de la víctima, le dijeron a Wilma que tenía que esperarla amarrada y de rodillas. Fue entonces, según declaraciones de la acusada a las autoridades, cuando procedieron a asfixiarla con un abrigo y luego colocaron el cadáver en su propio vehículo y lo dejaron abandonado en la carretera.
Tras cometer el crimen, procedieron a revisar la casa, pero solo encontraron 20 mil pesos en efectivo y joyas, entre otras pertenencias.
Declaró que, a los dos días, las hermanas acudieron al lugar donde dejaron el cadáver con un hombre identificado como Ramón, quien se encuentra prófugo, y decapitaron el cuerpo para que, en caso de ser encontrado, no pudiera ser reconocido, y tiraron la cabeza a unos 50 metros.
A Crismeidi se le encontró la yipeta de la occisa, una cámara fotográfica y los documentos de la víctima.
En un principio, la acusada había dicho que la cabeza se la había entregado a una persona que había pagado dos millones de pesos por ella.
El cráneo fue trasladado al Instituto de Patología Forenses para el análisis de rigor. Báez dijo que continúan las investigaciones para dar con el paradero de Ramón.
El vocero policial dijo que la principal acusada tiene tres fichas en la Policía, pero no especificó porqué. El esposo guarda prisión en Higüey por homicidio.
Así lo informó el vocero de la Policía, coronel Máximo Báez Aybar, quien dijo que la acusada Crismeiri Guerrero condujo a los investigadores hasta el lugar donde se encontraba el cadáver, en la carretera Miches-El Seibo, y confesó que el móvil del crimen fueron 80 mil dólares que ella creía que la víctima había recibido.
Al explicar cómo ocurrió el hecho, el vocero dijo que Guerrero junto a su hermana, quien también está detenida, cometieron el crimen en la residencia de la víctima, donde estaban esperando una supuesta hechicera.
Dijo que, cuando esperaban a la hechicera en la casa de la víctima, le dijeron a Wilma que tenía que esperarla amarrada y de rodillas. Fue entonces, según declaraciones de la acusada a las autoridades, cuando procedieron a asfixiarla con un abrigo y luego colocaron el cadáver en su propio vehículo y lo dejaron abandonado en la carretera.
Tras cometer el crimen, procedieron a revisar la casa, pero solo encontraron 20 mil pesos en efectivo y joyas, entre otras pertenencias.
Declaró que, a los dos días, las hermanas acudieron al lugar donde dejaron el cadáver con un hombre identificado como Ramón, quien se encuentra prófugo, y decapitaron el cuerpo para que, en caso de ser encontrado, no pudiera ser reconocido, y tiraron la cabeza a unos 50 metros.
A Crismeidi se le encontró la yipeta de la occisa, una cámara fotográfica y los documentos de la víctima.
En un principio, la acusada había dicho que la cabeza se la había entregado a una persona que había pagado dos millones de pesos por ella.
El cráneo fue trasladado al Instituto de Patología Forenses para el análisis de rigor. Báez dijo que continúan las investigaciones para dar con el paradero de Ramón.
El vocero policial dijo que la principal acusada tiene tres fichas en la Policía, pero no especificó porqué. El esposo guarda prisión en Higüey por homicidio.
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