Los equipos de rescate buscan a contrarreloj a los cientos de personas que se cree están atrapadas bajo los edificios derruidos en el terremoto que el domingo sacudió el este de Turquía, antes de que las temperaturas bajen aún más y se reduzcan las posibilidades de supervivencia.
En declaraciones a la cadena NTV, Nasuh Maruki, presidente de la Asociación Búsqueda y Rescate (AKUT), dijo que "en unos días" se habrán retirado todos los escombros para recuperar posibles supervivientes y más cadáveres.
De momento, las última cifras oficiales hablan de 264 muertos y 1.140 heridos en la provincia oriental de Van, donde ayer se produjo el terremoto de 7,2 grados de magnitud.
Los expertos consideran que es primordial acelerar las tareas de búsqueda, pues el servicio estatal de meteorología pronostica temperaturas hasta por debajo de los cero grados centígrados en la zona, además de lluvias mañana y nevadas a partir del miércoles.
Además, existe el peligro de más réplicas, como las más de 200 que ya se han producido, algunas de ellas de 5,7 grados, que los expertos prevén seguirán al menos durante dos semanas.
Emine, una joven de 20 años que quedó atrapada en el hueco de la escalera de un edificio de 5 plantas, se ha convertido en el primer "milagro", al ser rescatada con vida esta noche.
Otro joven, Yalçin Akay, de 19 años, ha adquirido categoría de héroe al haber alertado por móvil a la policía y guiar a los equipos de rescate entre las ruinas de un edificio de 6 pisos, lo que permitió rescatarlo a él y localizar a muchas más personas.
Medios turcos como la emisora NTV han criticado que las malas condiciones de construcción son la causa del alto número de víctimas.
También se han dado casos de personas que no recibieron la ayuda de los equipos de rescate y tuvieron que ser liberadas por sus amigos y familiares.
En la ciudad de Van, algunos doctores se han quejado de que falta material adecuado y de que los hospitales están muy dañados.
De momento, el operativo de rescate se ha centrado en las ciudades de Van y Ercis, aunque el Gobierno asegura que la ayuda ha llegado ya a todos los lugares afectados.
"Hay rumores de que no hemos llegado a algunos pueblos. No es cierto. Hemos llegado a todas partes. Tenemos información clara sobre las aldeas", aseguró el viceprimer ministro Besir Atalay.
El responsable indicó que hay grandes daños en las viviendas pero que "al haber ocurrido el seísmo durante el día, la situación es relativamente positiva en cuanto a la vida de la gente", e informó de que se han comenzado a enviar tiendas de campaña y mantas a los pueblos y a evacuar a los heridos.
El Gobierno ha anunciado una moratoria de un año para el pago de deudas e impuestos de los pequeños negocios y artesanos y que se otorgarán créditos urgentes de interés cero a las pymes.
Todo el país se ha volcado en la ayuda a los damnificados y las redes sociales han hervido con mensajes e informaciones sobre los puntos de recogida y envío de ayuda al este de Turquía, la parte más pobre del país y donde habita buena parte de la minoría kurda.
Esa ayuda ha sido agradecida por los nacionalistas kurdos del Partido de la Paz y la Democracia (BDP), que dominan electoralmente la zona de la catástrofe y que es poco popular en otras zonas del país, debido a su ambigua relación con el grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
En declaraciones a la cadena NTV, Nasuh Maruki, presidente de la Asociación Búsqueda y Rescate (AKUT), dijo que "en unos días" se habrán retirado todos los escombros para recuperar posibles supervivientes y más cadáveres.
De momento, las última cifras oficiales hablan de 264 muertos y 1.140 heridos en la provincia oriental de Van, donde ayer se produjo el terremoto de 7,2 grados de magnitud.
Los expertos consideran que es primordial acelerar las tareas de búsqueda, pues el servicio estatal de meteorología pronostica temperaturas hasta por debajo de los cero grados centígrados en la zona, además de lluvias mañana y nevadas a partir del miércoles.
Además, existe el peligro de más réplicas, como las más de 200 que ya se han producido, algunas de ellas de 5,7 grados, que los expertos prevén seguirán al menos durante dos semanas.
Emine, una joven de 20 años que quedó atrapada en el hueco de la escalera de un edificio de 5 plantas, se ha convertido en el primer "milagro", al ser rescatada con vida esta noche.
Otro joven, Yalçin Akay, de 19 años, ha adquirido categoría de héroe al haber alertado por móvil a la policía y guiar a los equipos de rescate entre las ruinas de un edificio de 6 pisos, lo que permitió rescatarlo a él y localizar a muchas más personas.
Medios turcos como la emisora NTV han criticado que las malas condiciones de construcción son la causa del alto número de víctimas.
También se han dado casos de personas que no recibieron la ayuda de los equipos de rescate y tuvieron que ser liberadas por sus amigos y familiares.
En la ciudad de Van, algunos doctores se han quejado de que falta material adecuado y de que los hospitales están muy dañados.
De momento, el operativo de rescate se ha centrado en las ciudades de Van y Ercis, aunque el Gobierno asegura que la ayuda ha llegado ya a todos los lugares afectados.
"Hay rumores de que no hemos llegado a algunos pueblos. No es cierto. Hemos llegado a todas partes. Tenemos información clara sobre las aldeas", aseguró el viceprimer ministro Besir Atalay.
El responsable indicó que hay grandes daños en las viviendas pero que "al haber ocurrido el seísmo durante el día, la situación es relativamente positiva en cuanto a la vida de la gente", e informó de que se han comenzado a enviar tiendas de campaña y mantas a los pueblos y a evacuar a los heridos.
El Gobierno ha anunciado una moratoria de un año para el pago de deudas e impuestos de los pequeños negocios y artesanos y que se otorgarán créditos urgentes de interés cero a las pymes.
Todo el país se ha volcado en la ayuda a los damnificados y las redes sociales han hervido con mensajes e informaciones sobre los puntos de recogida y envío de ayuda al este de Turquía, la parte más pobre del país y donde habita buena parte de la minoría kurda.
Esa ayuda ha sido agradecida por los nacionalistas kurdos del Partido de la Paz y la Democracia (BDP), que dominan electoralmente la zona de la catástrofe y que es poco popular en otras zonas del país, debido a su ambigua relación con el grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
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