19 diciembre 2011

Inquietud tras la muerte de Kim Jong-il

Kim Jong-il (derecha), y su hijo, Kim Jong-unKim Jong-il, el llamado Querido Líder, ha muerto. El enigmático dictador norcoreano -venerado y temido dentro de su país y vilipendiado fuera de él- falleció el sábado pasado de un ataque al corazón, según anunció ayer la televisión nacional. Tenía 69 años. Kim sufrió una apoplejía en 2008, que le dejó secuelas en la pierna y el brazo izquierdos. También padecía diabetes. Una presentadora vestida de negro anunció con voz temblorosa que "falleció debido a una gran tensión mental y física" a las 8.30 de la mañana del sábado (ocho horas menos, en la España peninsular) mientras se encontraba en un tren en uno de sus viajes de inspección por el país.




"Murió tan de repente para nuestro profundo pesar. El corazón de Kim Jong-il dejó de latir, pero su noble y augusto nombre y su benevolente imagen serán siempre recordados por nuestro Ejército y nuestro pueblo", señaló un comunicado de la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA).
KCNA urgió al pueblo a apoyar a su hijo y previsto heredero, Kim Jong-un, a quien calificó de "gran sucesor" y de "líder excepcional". "Todos los miembros del partido, el personal del Ejército y el público deben seguir fielmente el liderazgo del camarada Kim Jong-un y proteger y reforzar aún más el frente unificado del partido, el Ejército y el público", afirmó la presentadora. Las autoridades han declarado luto nacional hasta el 29 de diciembre. El funeral se oficiará el día 28.
Existe incertidumbre sobre el apoyo real que el miembro de la tercera generación de la dinastía comunista norcoreana tiene entre las élites dirigentes, en particular entre los militares, por lo que se teme que podría sentir la necesidad de precipitar una crisis o realizar una prueba de fuerza para justificar sus galones.
Corea del Sur, que técnicamente continúa en guerra con el Norte, ya que la guerra de Corea (190-1953) finalizó con un armisticio que nunca se convirtió en tratado de paz, puso a su ejército en estado de "alerta alta".
El joven Kim Jong-un fue desvelado como potencial sucesor en septiembre de 2010, en medio de los continuos rumores sobre la salud del Querido Líder. Su designación y su ascenso a altos puestos de la jerarquía militar norcoreana no han logrado, sin embargo, borrar las especulaciones sobre la posibilidad de una lucha de poder en la potencia nuclear asiática tras la muerte de su padre.
Kim Jong-il también promovió a su hermana y al marido de esta, Jang Song-thaek, a importantes puestos militares y políticos, creando en cierto modo un triunvirato. Jang es visto como un efectivo regente ante la juventud de Kim Jong-un, pero podría aspirar a ser algo más.
En los últimos años, el poder absoluto de Kim Jong-il estuvo marcado por las fallidas negociaciones multilaterales para el desmantelamiento del programa de armamento nuclear norcoreano, en las cuales participan, además de Corea del Norte, Estados Unidos, China, Rusia, Corea del Sur y Japón. Las también llamadas negociaciones a seis bandas se encuentran paralizadas desde 2008.
En 2002, creció la tensión en la zona después de que Washington dijera que Pyongyang había admitido que tenía un programa de armas atómicas, en violación de un acuerdo de 1994. Corea del Norte expulsó a los inspectores del Organismo de la Energía Atómica de la ONU en diciembre de 2002, y en enero de 2003 declaró que abandonada el Tratado de No Proliferación Nuclear. En febrero de 2005, afirmó que poseía armas atómicas y en octubre de 2006, provocó escalofríos en la zona al llevar a cabo una prueba nuclear subterránea.
Según algunas informaciones, Kim Jong-il dijo a algunos de sus interlocutores extranjeros que el deseo de su padre cuando se estaba muriendo era lograr una península coreana libre de armas atómicas, y que él había recogido el testigo y estaba trabajando para lograr este objetivo, pero que antes quería que Washington tratara a su país con respeto. EE UU y otros países tienen en vigor duras sanciones diplomáticas y económicas contra Pyongyang.
Las tensiones regionales llegaron a su punto máximo en 2010, tras el torpedeo de una corbeta surcoreana -según Seúl, por parte del Norte-, que causó la muerte de 46 marineros, así como por el posterior ataque de Pyongyang a una isla surcoreana.
La desaparición de Kim Jong-il abre una etapa en la cual, previsiblemente, el poder descanse en un liderazgo colectivo del partido, el Gobierno y los militares durante algún tiempo, ya que el heredero Kim Jong-un es aún muy joven, según los analistas políticos. Algunos expertos creen que la transición de poder podría llevar a un periodo de inestabilidad. Una muestra de la potencial volatilidad de la situación se produjo de nuevo ayer, cuando la agencia surcoreana Yonhap aseguró que Pyongyang había llevado a cabo una prueba de lanzamiento de un misil de corto alcance.

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