El virus del herpes simple no bloquea las defensas del organismo al que contagia sino que las activa. Los resultados de este estudio liderado por el CSIC demuestran que este patógeno favorece la migración de los leucocitos a los lugares infectados. Las conclusiones son “totalmente inesperadas” según los autores y se publican en la revista “PLoS Pathogens”.
“Durante millones de años los virus han evolucionado junto al sistema inmune de sus hospedadores lo que les convierte en grandes expertos en inmunología –explica Antonio Alcamí, investigador del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa–. El estudio de cómo los virus evaden las defensas del hospedador aporta conocimiento sobre la relación virus-huésped y sobre nuestro propio sistema inmune”.
Los leucocitos son los responsables de la defensa frente a organismos patógenos y las quimioquinas son las proteínas que regulan su migración hacia a las zonas infectadas. “Algunos virus inhiben las quimioquinas y así impiden que los leucocitos lleguen al sitio de infección”, añade Alcamí. Este proceso se conoce como quimiotaxis.
Una de las maneras para engañar al sistema inmune es inhibir la quimiotaxis. Sin embargo, esta no es siempre la vía elegida por los virus. Según este trabajo, el herpes simple posee una molécula que es capaz de unirse a quimioquinas, potenciar su función e incrementar la migración de los leucocitos.
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