No es nada extraño escuchar que tal o cual jugador, españoles incluidos, han pagado un seguro, habitualmente escandaloso, a su franquicia NBA a cambio de poder participar con su selección en Europeos, Mundial o Juegos Olímpicos. Eso sí, de los estadounidenses no se oye nada. Ni seguros, ni primas, ni nada de nada. Al menos hasta hace poco, porque Dwyane Wade o Ray Allen entre otros han levantado la voz, cansados de que apelen a su patriotismo pero sin mencionar su bolsillo. Al otro lado del Atlántico, el mundo funciona al revés.
Si es cierto que la selección estadounidense tiene prevista unas primas en función de resultados al igual que cualquier otro equipo nacional. En su caso y pensando en los Juegos Olímpicos de Londres alcanzaría los 25.000 dólares por jugador si consiguen el oro, 15.000 por la plata y 10.000 por el bronce. Estas cifras, ofrecidas por la web de FoxSports pueden considerarse, cuando menos, ridículas. Sobre todo si se tiene en cuenta que Wade y Allen, por seguir con los ejemplos, cobrarán esta temporada más de 17 millones de dólares el primero y más de 10 millones en el caso del segundo.
"Se habla del patriotismo que deben tener los jugadores para jugar, pero hay que encontrar un camino para tentarlos", apuntó el escolta de los Celtics. Un razonamiento que argumenta así: "No es precisamente lo más sencillo del mundo jugar los playoffs, tener dos o tres semanas de descanso y empezar a entrenar de nuevo para jugar más cuando además requiere estar lejos de casa, en otro país. Es divertido, pero el cuerpo necesita un descanso".
Ni un pero se le puede poner al razonamiento de Ray Allen, presente en el equipo olímpico que conquistó el oro en Sydney 2000. Tan contundente como lo es el de Dwyane Wade. "Haces un buen puñado de cosas por los Juegos. Vendes un montón de camisetas. Y creo que los muchachos tienen que ser compensados, igual que los jugadores universitarios también deberían serlo", señaló a FoxSports el jugador de los Miami Heat.
En cualquier caso, no parece que la búsqueda de una compensación económica sea un motivo que quite el sueño a todos los seleccionables para los próximos Juegos Olímpicos. De hecho, el propio LeBron James ha señalado que adora representar a su país. "Lo he hecho desde 2004 y espero hacerlo de nuevo este verano en Londres. [...] Estoy feliz igual, no importa si me pagan o no".
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