En el convoy agredido viajaba el general noruego Robert Mood, jefe de la Misión de Supervisión de la ONU despachada a ese país para monitorear el cese de las hostilidades y la ejecución del plan acordado por el enviado especial, Kofi Annan, y el gobierno sirio.
Fuentes oficiales en la sede del organismo mundial confirmaron que los integrantes del equipo de la ONU salieron ilesos de la acción, ocurrida en la sureña ciudad de Daraa, aunque varios escoltas del ejército de Siria resultaron heridos.
La agresión contra los observadores tuvo lugar un día después que Annan ratificara ante el Consejo de Seguridad que tras la llegada de los supervisores se ha registrado una disminución de la actividad militar.
En su comparecencia ante los 15 miembros de ese órgano, vía videoconferencia, el diplomático ghanés expresó que la misión de monitoreo propiciará un relajamiento de las tensiones para avanzar en la ejecución del plan para la solución de la crisis.
No obstante, aclaró que "todavía hay serias violaciones en el cese de la violencia pactado" y en niveles inaceptables.
Sin embargo, poco después la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice, dijo a los periodistas que su país aumenta su respaldo para el reforzamiento de los grupos opositores sirios "con ayuda no letal".
Agregó que Washington está listo para emplear "otros medios que aumenten la presión sobre el gobierno sirio para que cumpla el plan (de Annan)", sin excluir la solicitud de nuevas medidas al Consejo de Seguridad contra Damasco.
Rice insistió en que para Estados Unidos el presidente sirio, Bashar al-Assad, ha perdido legitimidad y debe dejar el poder y que el único desenlace de la crisis está en un cambio de gobierno.
Interrogada sobre la presencia de elementos armados foráneos al lado de los grupos opositores sirios, respondió que "no creo que alguien pueda decir con plena certeza que no hay combatientes extranjeros en Siria".
Antes de las declaraciones de la diplomática estadounidense, el representante permanente de Siria en la ONU, Bashar Jaafari, reiteró las acusaciones contra Turquía y otros países que permiten la actividad de grupos armados que operan en territorio sirio.
En ese sentido, instó a los gobiernos de Catar, Arabia Saudita, Turquía y otros que no identificó a detener "la incitación a la violencia y el apoyo a la rebelión en Siria, cortando la ayuda financiera que brindan a los terroristas".
Jaafari afirmó que su gobierno cuenta con evidencias concretas sobre la participación de efectivos extranjeros en el conflicto en su país. En su informe de ayer al Consejo de Seguridad Annan aseguró que para finales de este mes estarán en Siria los 300 miembros del equipo de supervisión autorizado por ese órgano.
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