A medida que la Segunda Guerra Mundial avanzaba, Adolf Hitler desarrolló un complejo de Mesías. Intuía una derrota nazi y sentía que tenía que salvar a su pueblo del mal: los judíos. Un perfil psicológico, desconocido hasta ahora, que la inteligencia británica encargó sobre el líder alemán acaba de salir a la luz después de 70 años.
El informe, escrito en 1942 por el académico de la Universidad de Cambridge Joseph MacCurdy, describe que la fobia de Hitler hacia los judíos aumentaba a medida que la "marea se volvía contra los nazis".
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MacCurdy analizó varios discursos del líder y en ellos entrevió el fracaso de la Operación Barbarroja, el nombre que se le dio a la invasión nazi a Rusia.
"En su discursos se nota a un hombre que contempla seriamente la posibilidad de una derrota total. Ante el fracaso externo, Hitler se concentra en la percepción de un enemigo interno: los judíos. Ellos son la encarnación del mal mientras él es la encarnación del bien", detalla el analista en el perfil dado a conocer por la BBC.
"Ante el fracaso externo, Hitler se concentra en la percepción de un enemigo interno: los judíos. Ellos son la encarnación del mal mientras él es la encarnación del bien"
Joseph MacCurdy
El informe, escrito antes de que se conociera la existencia de campos de concentración como Auschwitz, acaba de ser encontrado en la documentación de Mark Abrams, un analista de propaganda y guerra psicológica que trabajó para la BBC y que encargó el perfil.
El documento salió a la luz después de que el investigador Anthony Scott, de la Universidad de Cambridge, comenzó a rastrear a los familiares de Abrams. Ellos tenían guardado el perfil.
"En el momento en que fue escrito, la marea estaba empezando a volverse en contra de Alemania. Como respuesta, Hitler comenzó a girar su atención hacia el frente interno alemán. Hacia los judíos", detalló Scott a la BBC.
Chamanismo, epilepsia y paranoia
MacCurdy analizó el trasfondo de los discursos de Hitler.
"Él es un dios por cuyo sacrificio se puede obtener la victoria final sobre el mal. Hitler está atrapado en una telaraña de engaños religiosos", señala MacCurdy en el informe.
Cuando Abrams le encargó el perfil pensó que detrás de las intenciones propagandísticas y de inteligencia de los discursos de Hitler se escondía una información subconsciente que podía revelar su estado mental, detalla Scott.
En las primeras líneas del informe, MacCurdy comenta: "los discursos de Hitler reflejan por un lado unas tendencias morbosas y, por otro, unos conocimientos especiales a su disposición".
Esas tendencias se traducen en tres palabras que otros informes han destacado: chamanismo, epilepsia y paranoia.
El chamanismo se refiere a la histeria y compulsión de Hitler de alimentar a la multitud con su mensaje a medida que percibía el declive.
La epilepsia, por su parte, "evidencia frialdad combinada con una tendencia a perder el corazón cuando no consigue sus ambiciones", detalla MacCurdy.
La última y más preocupante tendencia, según el informe, es la paranoia que se refleja en el complejo mesiánico del líder nazi.
"Hitler pensaba que estaba conduciendo a un pueblo elegido en una cruzada contra el mal encarnado en los judíos", agrega el analista.
Ahora se sabe que unas semanas antes de que se escribiera el perfil, los nazis habían puesto en marcha la llamada "solución final": el intento de exterminio de toda la población judía.
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