El presidente de Honduras, Porfirio Lobo, ha ofrecido una recompensa de 121.000 euros por información sobre los asesinos del periodista Alfredo Villatoro, secuestrado la semana pasada y cuyo cadáver ha aparecido tiroteado en la capital hondureña.
El Gobierno ofrece "una recompensa de hasta 3 millones de lempiras (121.000 euros) por toda información válida que conduzca a la captura de los autores de la muerte del periodista", ha declarado Lobo en la sede de la Presidencia.
El mandatario ha interrumpido unos minutos la reunión del Consejo de Defensa y Seguridad, que ha convocado de "urgencia", para hacer el anuncio de la recompensa y de la habilitación de un número telefónico para recibir información "con toda confidencialidad".
Lobo ha insistido en que su Gobierno "tiene toda la determinación de recuperar la seguridad (...) y defender la vida" en Honduras, y ha reiterado su "convencimiento de que la democracia, la justicia, el pueblo hondureño y las autoridades legítimas prevalecerán sobre el crimen y los criminales".
Por otro lado, Estados Unidos ha instado al Gobierno de Honduras a que investigue de forma rápida, exhaustiva y transparente el asesinato del periodista, además de ofrecerle su "apoyo". "Una prensa libre es un componente integral y esencial de una sociedad democrática. Como un respetado periodista y generador de opinión, Alfredo Villatoro jugó un papel crucial para informar al pueblo hondureño", ha señalado el encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa, Matthias Mitman.
Honduras ha registrado en 2011 una tasa anual de homicidios de 86,5 por cada 100.000 habitantes, una de las más altas del mundo, y los periodistas no escapan a esa desmedida violencia.
Desde 2003 han muerto de forma violenta 29 informadores, 23 de ellos desde 2010, sin que ningún caso haya sido resuelto por las autoridades, según el estatal Comisionado de los Derechos Humanos.
Villatoro, de 47 años y coordinador de noticiarios de la radio HRN, fue secuestrado por desconocidos la madrugada el pasado día 9cuando se dirigía a la emisora, en la que trabajó durante dos décadas.
Su cuerpo con dos disparos en la cabeza, según datos oficiales preliminares, fue encontrado pocas horas después de que Lobo revelara que las autoridades habían recibido "filmaciones" que probaban que estaba vivo.
El asesinato del periodista ha generado consternación y expresiones generales de rechazo, a las que se ha sumado la de la Iglesia católica.
El cardenal hondureño Oscar Andrés Rodríguez ha lamentado y repudiado el "vil asesinato" y ha expresado su decepción porque sus captores desoyeron el "clamor de pueblo hondureño" que pedía respeto por su vida.
En entrevista con la radio HRN desde El Vaticano, ha agregado que el papa Benedicto XVI le ha pedido que comunique a la viuda del comunicador, Karla Fonseca, al resto de su familia y a todo el pueblo hondureño "su profundo pesar y condolencias" por el caso.
El prelado ha lamentado que "existan personas tan llenas de maldad", que "difícilmente podemos decir que son humanos", y ha añadido que "aunque la justicia de la tierra no les alcance, de la justicia de Dios no escaparan esos cobardes asesinos".
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