LONDRES. (BBC Mundo). La ocupación de los padres, tanto hombres como mujeres, puede influir en el riesgo de tener hijos con defectos de nacimiento, revelan dos estudios separados llevados a cabo en Estados Unidos.
Entre los hombres se encontró que los más expuestos a este riesgo son los matemáticos, artistas, fotógrafos, jardineros, los trabajadores de gas
y gasolineras, peluqueros y maquilladores.
Esta investigación, publicada en Occupational and Environmental Medicine (Medicina Ocupacional y Ambiental), analizó los datos de más de 5.000 hombres, incluidos sus historiales de empleo.
Cerca de 1.000 habían tenido un hijo con uno o más defectos congénitos. Los otros 4.000 habían tenido hijos sin estas anomalías.
Todos los individuos estaban participando en el Estudio Nacional para la Prevención de Defectos Congénitos de Estados Unidos, que está investigando los factores de riesgo que pueden influir en los defectos de nacimiento entre la población.
Estos incluyen tanto las anormalidades de los nacimientos muertos, los abortados, y los nacidos vivos.
Los empleos que se tomaron en cuenta fueron aquéllos que los padres realizaban tres meses antes de la concepción y hasta el primer mes de embarazo.
Este es el período que se considera más crítico en la susceptibilidad de pasar algún daño en el esperma en el momento de concepción.
Los científicos encontraron que los empleos más comunes de los padres eran los administrativos, de ventas y de la industria de la construcción.
Al comparar los datos de empleos y defectos congénitos se encontró que casi un 35% de los empleos no estaba asociado con un incremento en el riesgo de anormalidades de nacimiento.
Se encontró un vínculo entre la exposición a solventes y el riesgo de cardiopatía congénitca.
Entre estos encontraron a los arquitectos y diseñadores, profesionales de la salud, dentistas, bomberos, pescadores, soldados y submarinistas comerciales.
Pero observaron que ciertos tipos de empleos sí estaban asociados con un mayor riesgo de tener un hijo con defectos de nacimiento.
Estos incluían: matemáticos, físicos, científicos de computación, artistas, fotógrafos y procesadores de fotografía, procesadores de alimentos, jardineros, peinadores y maquillador, trabajadores de industrias químicas, impresores, operadores de grúas y perforadoras y choferes.
Se encontró también un vínculo entre el tipo de defecto de nacimiento y el tipo de empleo. Por ejemplo entre los fotógrafos y procesadores de fotografía las anormalidades vinculadas eran cataratas, glaucoma, ausencia o insuficiencia de tejido ocular.
Entre los jardineros se vio un vínculo con anomalías intestinales.
Los investigadores de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, afirman que debido a la variedad en las categorías de los empleos vinculados no se puede establecer que la exposición a ciertas sustancias químicas u otros tóxicos sea el responsable.
Pero el segundo estudio, que analizó a mujeres embarazadas, sí encontró un vínculo entre esta exposición en el trabajo y el riesgo de defectos de nacimiento.
La investigación, también publicada en Occupational and Environmental Medicine, estudió específicamente el riesgo de la exposición a solventes orgánicos durante el embarazo.
Estos compuestos se usan para disolver o dispersar distintas sustancias y se encuentran en pinturas, barnices, adhesivos, textiles, tintas, tinturas y productos agrícolas.
El estudio, llevado a cabo por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades en Atlanta, involucró a 5.000 mujeres.
Se les pidió que respondieran a cuestionarios sobre el empleo que realizaban durante su embarazo y sobre qué tipo de exposición tuvieron en los meses previos al nacimiento.
La investigación encontró que las que se vieron expuestas a solventes orgánicos mostraron un riesgo ligeramente más alto de tener un bebé con una cardiopatía congénita (una alteración del corazón).
Este riesgo se vio en las peinadoras y peluqueras, manicuristas y en las empleadas de las fábricas que producen estas sustancias.
Aunque se encontró que el riesgo de una cardiopatía congénita entre estas mujeres era casi dos veces más alto, particularmente si la exposición ocurrió cerca de la concepción o durante las primeras semanas de embarazo.
Pero el riesgo en términos absolutos, subrayan los investigadores, es pequeño.
Tal como explica a la BBC el profesor Donald Peebles, especialista en obstetricia y portavoz del Colegio Real de Obstetras y Ginecólogos, "éste es un incremento muy pequeño en el riesgo de una rara complicación durante el embarazo".
"Basados en este estudio no se puede decir que una persona debe renunciar a su empleo. Pero quizá es sensato limitar la exposición siempre que sea posible", agrega el experto.
Se tomó en cuenta el trabajo que los padres realizaban tres meses antes de la concepción hasta un mes de embarazo.
Se encontró un vínculo entre la exposición a solventes y el riesgo de cardiopatía congénita
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