Especialistas de la Universidad Nacional de Singapur han publicado los resultados de su estudio sobre las tortugas chinas de caparazón blando (Pelodiscus sinensis), una especie muy extendida en Asia donde habita en turberas y pantanos.
Los zoólogos parecen haber descubierto una característica revolucionaria de este reptil. Desde el siglo XIX se conoce que la mucosa de su boca está cubierta con excrecencias enanas en forma de dedos. Anteriormente se creía que estas protuberancias ayudaban a la tortuga a respirar bajo el agua pero los especialistas de Singapur aseguran que la función respiratoria en ellas es secundaria. En realidad sirven para deshacerse de la urea.
Argumentan que para que el organismo de la tortuga pueda expulsar la urea en sangre orinando de la forma habitual, debería beber mucho. Pero las aguas donde habita, a pesar de ser dulces, suelen contener altos niveles de sal. Así que, bebiendo, consumiría aún más sal, mientras que la característica revolucionaria de su boca le permite simplemente ‘hacer gárgaras’, sin tragar el agua.
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