Condenan a tres hombres que planeaban un atentado mayor que el del 9/11.
Tres hombres fueron encontrados culpables este jueves en Gran Bretaña por planear ataques terroristas que esperaban fueran más grandes que los de septiembre de 2001 en Estados Unidos y el 7 de julio de 2005 en Londres, dijeron los fiscales. Ashik Ali, Ifran Khalid e Ifran Naseer fueron condenados en la corte de Woolwich Crown por 12 cargos, por cometer actos de preparación para un ataque terrorista.
“Estos hombres tenían peligrosas aspiraciones y mientras que sus objetivos peligrosos permanecen poco claros, el potencial del daño y pérdida de vidas de su complot no debe ser subestimado”, dijo Karen Jones, especialista antiterrorista de la fiscalía.
“La evidencia que sometimos ante la corte mostró a los acusados discutiendo con temor y admiración los ataques del 9/11 y el 7/7. Estos terroristas querían hacer algo grande, hablando de cómo algo en el 7/7 había salido un poco mal”. El 7 de julio de 2005, la capital británica enfrentó el caos cuando cuatro terroristas suicidas atacaron tres trenes subterráneos y un autobús, matando a 52 personas y dejando cientos de heridos.
Tres hombres fueron encontrados culpables este jueves en Gran Bretaña por planear ataques terroristas que esperaban fueran más grandes que los de septiembre de 2001 en Estados Unidos y el 7 de julio de 2005 en Londres, dijeron los fiscales. Ashik Ali, Ifran Khalid e Ifran Naseer fueron condenados en la corte de Woolwich Crown por 12 cargos, por cometer actos de preparación para un ataque terrorista.
“Estos hombres tenían peligrosas aspiraciones y mientras que sus objetivos peligrosos permanecen poco claros, el potencial del daño y pérdida de vidas de su complot no debe ser subestimado”, dijo Karen Jones, especialista antiterrorista de la fiscalía.
“La evidencia que sometimos ante la corte mostró a los acusados discutiendo con temor y admiración los ataques del 9/11 y el 7/7. Estos terroristas querían hacer algo grande, hablando de cómo algo en el 7/7 había salido un poco mal”. El 7 de julio de 2005, la capital británica enfrentó el caos cuando cuatro terroristas suicidas atacaron tres trenes subterráneos y un autobús, matando a 52 personas y dejando cientos de heridos.
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