NUEVA YORK._ Un dominicano residente en Providence (Rhode Island) y naturalizado estadounidense, se declaró culpable ayer lunes de violar sexualmente a un niño en la República Dominicana al que le hizo fotos y videos con el propósito de usarlas en pornografía infantil. El depredador, identificado como Juan Carlos Santiago de 35 años de edad, se enfrenta a una condena de entre 15 a 30 años en la cárcel cuando sea sentenciado el 6 de junio en la Corte Federal de Providence.
Santiago admitió que viajó a su país en enero del 2011 y después de contactar a la víctima y otros niños y niñas a través de Facebook y Skype, violó al menor, le tomó las imágenes y las trajo a los Estados Unidos.
El violador fue arrestado el 20 de diciembre y desde entonces ha estado en custodia sin derecho a fianza.
Los fiscales dijeron que agentes de la Policía Estatal encontraron las imágenes infantiles pornográficas en la residencia de Santiago, durante un allanamiento en octubre.
También le confiscaron la computadora donde guardaba las fotos y los videos.
Los investigadores establecieron a través del uso de coordenadas incorporadas a las fotografías con el sistema GPS, donde Santiago perpetró la violación e hizo las imágenes.
El comunicado de la Fiscalía Federal del Distrito de Rhode Island sostiene que Santiago, compareció ante la magistrada Mary M. Lisi, dijo que poseía más de 50 videos y distribuyó 150 imágenes.
El 26 de octubre del 2012, oficiales de la Unidad de Crímenes en Internet, incursionaron en la casa de Santiago con una orden de registro del tribunal federal y allí confiscaron dos ordenadores propiedad del acusado donde encontraron las imágenes, dispositivos para almacenamiento digital como memorias, CDs y DVDs.
El disco duro fue analizado por la Policía Forense de Delitos Digitales de Rhode Island y en base a las coordenadas GPS de las fotos, los analistas determinaron que las imágenes fueron hechas en la República Dominicana.
El caso fue presentado como parte de la estrategia "Niñez Segura" que mantienen los departamentos de justicia y seguridad nacional de Estados Unidos para combatir la creciente epidemia de la explotación sexual infantil en cualquier parte del mundo.
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