Un hombre sentenciado por el asesinato de su ex novia, a quien roció de gasolina y prendió fuego, fue ejecutado en Texas el jueves después de que la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó su última apelación.
Carl Blue, de 48 años, fue condenado a pena de muerte por el ataque a Carmen Richards-Sanders en el apartamento de la víctima en Bryan, aproximadamente a 100 millas al noroeste de Houston, en septiembre de 1994. Blue también roció de gasolina a un hombre que se encontraba en el apartamento, pero sobrevivió al ataque y testificó contra él.
El acusado argumentó que todo se trató de una broma que salió mal, pero la fiscalía indicó que se trató de un ataque intencional detonado por celos.
En su última declaración, Blue saludó a la hija de su víctima, Terrella Richards, cuando ella entraba a la sala desde donde se observa la cámara, y le dijo que la quería.
“Nunca quise lastimar a tu mamá”, dijo Blue mientras se hallaba atado a una camilla. “Si pudiera cambiar eso, lo haría… Espero que puedas perdonarme”.
Blue realizó cerca de una decena de aspiraciones mientras la droga letal empezaba a surtir efecto. Dijo que podía “sentirlo” para luego caer inconsciente antes de ser declarado muerto a las 6:56 de la tarde.
Terrella Richards se negó a responder preguntas tras la ejecución, pero dijo que su viaje había llegado a su fin. “Puedo seguir adelante con mi vida”, señaló. “Mi viaje ha terminado hoy”.
La de Blue fue la primera ejecución de este año en el estado con pena de muerte más activo del país. Al menos otros 11 prisioneros están pendientes a recibir la inyección letal en los próximos meses en Texas, que ejecutó a 15 sentenciados el año pasado.
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