Las autoridades de Florida (EE.UU.) continúan hoy tratando de recuperar el cuerpo de un hombre desaparecido en el interior de un enorme socavón que se abrió la noche del jueves en el dormitorio de su casa y a quien ya no esperan hallar con vida.
El análisis de estrategias para sacar el cuerpo del sumidero, de unos nueve metros de profundidad, se reanudó hoy en Brandon, a las afueras de Tampa (Florida), después de una pausa durante la noche debido al peligro que supone trabajar cerca del socavón, que según las autoridades sigue expandiéndose, por lo que no han podido entrar a la vivienda.
La víctima, Jeff Bush, se encontraba durmiendo en su cama el jueves por la noche cuando su hermano Jeremy, que también se encontraba en la casa, oyó un fuerte golpe y posteriormente escuchó los gritos de su familiar pidiéndole ayuda.
Cuando llegó al dormitorio y encendió la luz sólo vio un enorme agujero en el suelo y parte del colchón de la cama de su hermano.
Trató de escarbar entre los escombros hasta que llegó la Policía, que le obligó a salir porque el suelo de la vivienda era muy inestable y existía el riesgo de que el socavón siguiera agrandándose.
"Dentro de mí sé que está muerto, pero quiero estar aquí con él. Era mi hermano", dijo Jeremy Bush el viernes a los medios, a los que explicó que en el momento del incidente había cinco personas en la casa, incluido un niño de dos años.
Hasta ahora, las autoridades locales no han entrado siquiera en la vivienda, al considerar que es demasiado peligroso porque la estructura podría derrumbarse en cualquier momento.
Los equipos reanudaron hoy sus análisis del terreno para determinar hasta qué punto es seguro avanzar sobre él y cuáles son las dimensiones exactas de la zona inestable, según informó la cadena CNN.
"Hasta que sepamos que es seguro traer los equipos, realmente estaremos incapaces y paralizados, y no podemos hacer mucho más que sentarnos y esperar. Es una situación muy difícil", indicó a periodistas el jefe de bomberos del condado de Hillsborough, Ron Rogers.
El agujero tiene entre 6 y 9 metros de diámetro y las autoridades han dispuesto una zona de seguridad de unos 30 metros a su alrededor que nadie puede cruzar, según Bill Bracken, responsable de la compañía de ingeniería que está haciendo los trabajos de emergencia.
La inestabilidad del terreno ha provocado que se evacúen también las viviendas de los alrededores.
Este tipo de socavones son relativamente habituales en Florida, debido al terreno de piedra caliza y otras rocas carbonatadas sobre el que se asienta, que se erosionan fácilmente con el agua subterránea creando sumideros que, en ocasiones, provocan el derrumbe de lo que tienen encima al nivel de la superficie.
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