Los deportistas podrían hacer mejor diplomacia en Corea del Norte que los gobiernos. Con su reunión con el deportista Dennis Rodman, el líder norcoreano Kim Jong-un espera que las relaciones con EE.UU. puedan mejorar.
El deportista de inusual imagen Dennis Rodman y el joven líder de Corea del Norte vieron un partido de baloncesto, sentados uno junto a otro y charlando en inglés en un estadio en Pyongyang.
El partido donde dos jugadores estadounidenses, que llegaron al país con Rodman, jugaban uno en cada equipo junto a los coreanos, terminó con un simbólico empate a 110.
“Usted tiene un amigo para siempre”,
dijo Rodman a Kim Jong-un en un discurso después del partido, y el líder norcoreano, gran aficionado al baloncesto, contestó que espera que el intercambio deportivo pueda promover la “comprensión mutua entre los dos países”.
Rodman llegó a Corea del Norte con unos jugadores del Harlem Globetrotters y el equipo de una empresa mediática para filmar
un programa que saldrá en EE.UU. en abril.
El Departamento de Estado estadounidense no comentó la visita de Rodman ni su encuentro con el mandatario del país, que últimamente ha provocado la condena internacional por el ensayo nuclear realizado en contra de las demandas realizadas.
Los ciudadanos de EE.UU. tienen derecho a actuar como les convenga en su vida personal, comentó el portavoz del Departamento Patrick Ventrell, y añadió que la Administración del presidente Obama no contactó con Rodman por su visita.
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