NUEVA YORK._ El obrero dominicano y residente en El Bronx Víctor Caraballo de 26 años de edad, fue uno de los dos limpiaventanas rescatados por unidades del Departamento de Bomberos, cuando ambos quedaron atrapados al romperse el andamio desde el que trabajan en el piso 46 de la famosa torre Hearst.
Caraballo dijo que él y su compañero Stephen Schmidt de 49 años de edad, sufrieron un terrible susto al creer que morirían cayendo al vacío.
"Tengo la suerte de haber sido salvado para contarlo", dijo Caraballo en una entrevista con un periódico local.
Relató que en lo primero en que pensó fue en que "si algo sale mal, yo seré el maniquí del accidente", debido al nivel de miedo que sintió en el dramático momento de perder su vida.
Eso lo pensó mientras rescatistas de los bomberos ascendían a las alturas para salvar a ambos trabajadores.
Caraballo, quien reside en El Bronx con su madre y dos perros Pit Bull señala que a su criterio tiene un trabajo "normal", pero el horror que vivió demuestra que para desempeñar el oficio de limpiaventanas hay que tener mucho coraje.
Los dos hombres quedaron colgando en el andamio a 450 pies de altura, generando una movilización mediática, policial y de socorristas en toda el área de la calle 57 Oeste, donde está situada la torre.
Narró que él y Schmidt estaban haciendo una prueba de caída a eso de las 2:45 de la tarde, cuando de repente un día normal se les convirtió en una película de terror y suspenso.
"Tuvimos mucho miedo al principio", dijo Caraballo que es empleado de la empresa Tractel Inc, especializada en mantenimiento de edificios en interiores y exteriores que incluye la limpieza de ventanas.
"Todo lo que oí, fue el chasquido del metal cuando el andamio se rompió", expresó. Añade que a pesar de que quedaron colgando en el andamio roto, estaban rezando porque llegara la ayuda rápidamente y fueran rescatados.
Achacó el accidente a "raras dificultades técnicas". Expone que anteriormente se había quedado atascado varias veces, "pero no así, la forma en que esto sucedió fue bastante aterradora, pero hay que lidiar con eso".
Tampoco podía controlar pensamientos de horror como los de "si el andamio se va, yo me voy con él", en referencia a una posible muerte violenta y estrepitosa si el deteriorado aparato cedía.
Los rescatistas de la compañía de bomberos 1 fueron alabados por realizar un rescate a gran altura, calificado de "heroico".
Hicieron un agujero en una ventana del piso 44 para poder sacar a los dos hombres a un área segura.
El rascacielos Hearst es uno de los tantos edificios construidos en vidrio y metal que abundan en la ciudad, especialmente en la parte baja de Manhattan.
"Cuando los bomberos me enviaron a la línea segura, sabía que a era a partir de ahí, que todo estaría bien", añadió Caraballo.
Dijo que luego se sintió muy feliz de volver a estar en tierra firme. "Los bomberos respondieron rápido. Todo ha estado bien, estoy muy agradecido por lo que hicieron por nosotros".
Lo primero que hizo Caraballo después de su rescate fue llamar a su madre para darle la buena noticia. Las escenas del evento fueron seguidas por televisión y radio en vivo por millones de neoyorquinos y estadounidense en transmisiones de canales filiales de cadenas nacionales como la CBS.
"Mi mamá estaba un poco conmocionada, ella odia mi trabajo, por lo que este accidente le da mucha más justificación para que me repita que no vuelva a ese trabajo", dijo Caraballo.
Pero a pesar de la radical postura de su madre, dijo que él no está pensando en renunciar al empleo.
"Por supuesto que pienso en los riesgos laborales, pero hay que mantener una actitud positiva. Nadie querría pensar negativamente", terminó diciendo el limpiaventanas que ganó notoriedad mediática con el caso.
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