Los familiares de la menor le pidieron a los médicos unos minutos para solicitar una copia del recibo de pago, pero los médicos no aceptaron SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Una adolescente de 16 años fue sacada de la sala de cirugía del Hospital Docente Doctor Darío Contreras, en donde debía someterse de emergencia a una operación, debido a que “no apareció el comprobante pago” por este servicio público,
según denunciaron sus familiares. La menor, que no será identificada por asuntos legales, tiene más de una semana interna en el referido hospital tras ser embestida por una motocicleta en su sector. La cirugía que requiere su pierna izquierda tiene un costo de 37 mil pesos, los cuales fueron pagados por su familia, sin embargo extraviaron el recibo de pago por lo que la menor fue sacada de la sala de cirugía del hospital “público”. Los familiares de la menor les pidieron a los médicos unos minutos para solicitar una copia del recibo de pago, pero los médicos no aceptaron y procedieron a bajar a la adolescente a su la habitación que ocupa junto a otras tres personas desde hace varios días. En igual o peor condición se encuentra una señora de algunos 60 años, interna luego de que resultara con serias lesiones en un accidente de tránsito. Esta paciente fue dada de alta de mala manera debido a que los familiares no habían podido conseguir los 26 mil pesos que cuesta su cirugía para corregirle rupturas y otras lesiones en una pierna y en brazo. “Váyase para su casa, si usted no tiene cuarto para pagar, venga cuando lo consiga”, exclamó un señor identificado como Martín, al entrar a la habitación de las damas en donde intentó sacar a la fuerza a la señora con brazo y pierna fracturados. A pesar del dolor y de la imposibilidad de enfrentarse en un forcejeo con el hombre que entró a la habitació a cumplir una “orden”, la señora apeló a lo poco de clemencia que talvez quedaba en aquel hombre, y clamó: “Mi hijo, pero yo no me puedo ni parar, yo no aguanto este dolor, deja que mis hijos vengan que fueron a hipotecar la casa para poder traer el dinero”. Pero no hubo compasión ni solidaridad para esta señora, la cual no reveló su nombre porque quedó atemorizada debido al trato recibido en el que se supone un centro de salud público, que debe estar al servicio de la ciudadanía. Mientras esto ocurría, en las afuera del hospital, el ministro de Salud Pública, Freddy Hidalgo, el alcalde de Santo Domingo Este, Juan de los Santos, el gobernador de la provincia Santo Domingo, Juan Frías, el director general de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado, Miguel Pimentel Kareh, entre otros funcionarios, hacían su entrada triunfal en lujosos vehículos usufructuados gracias al ciudadano contribuyente. Posando para las cámaras y exhibiendo sus sonrisas mejor ensayadas, todos estaban felices por anunciar que daban comienzo, de manera simbólica, a los trabajos de emodelación del emblemático hospital dominicano
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