Michael Dunn, culpable de asesinato en primer grado por la muerte del adolescente negro Jordan Davis, a quien mató a tiros en el estado de Florida en 2012 por tener la música demasiado alta, ha sido condenado este viernes a cadena perpetua.
El juez encargado del caso en un tribunal de la ciudad de Jacksonville, en el noroeste de Florida (sureste de EEUU), le condenó sin posibilidad de libertad condicional a otros 30 años de cárcel por cada uno de los tres intentos de asesinato de tres amigos de Davis, Tevin Thompson, Leland Brunson y Tommy Stornes.
Durante la vista judicial de este viernes, el convicto pidió perdón a la familia de la víctima.
“Quiero que la familia Davis sepa que me siento arrepentido de lo que ocurrió. Siento mucho su pérdida”, dijo Dunn durante la audiencia, en la que afirmó que “si pudiera regresar en el tiempo y hacer las cosas de una manera distinta, lo haría”.
Sin embargo, Dunn insistió en su inocencia: “Disparé en defensa propia. Tenía miedo por mi vida, creí que tenía que hacerlo”.
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