La magia de su juego se trasladó a sus palabras.
Earvin “Magic” Johnson, probablemente el mejor armador en la historia del baloncesto, es un libro viviente con un contenido único en su clase.
De leyenda de su deporte se ha elevado a la categoría de empresario exitoso que no niega sus orígenes ni huye de una experiencia que le ha marcado su vida.
“23 años después de haber anunciado que tenía el HIV, Dios me tiene aquí”, dice el hoy inversionista de los Dodgers de Los Ángeles en una entrevista exclusiva para el programa Círculo de Grandes Ligas, que se transmite por CDN los domingos de 9 a 10 de la noche.
“No tengo con qué agradecerle a Dios por lo que he llegado a ser hoy. A veces en mi niñez no tenía qué comer en Lansing. ¿Quién iba a decir que Ervin Johnson llegaría tan lejos? Eso ha sido por las bendiciones de Dios”, agregó Magic, quien en 1991 impactó al mundo del baloncesto al anunciar su retiro con los Lakers de Los Ángeles por dar positivo al terrible virus.
El oriundo de Lansing, en el estado de Michigan, en su infancia ayudaba a su padre en sus labores de botar basura, a pesar de ser el objeto de muchas burlas de los vecinos de la zona.
“Mis padres tenían que trabajar bastante para mantenernos. Pero ayudar a mi padre en ese trabajo me ayudó a ser quien soy hoy, porque aprendí sobre lo que significa la disciplina”, indicó Johnson, nacido un 14 de agosto de 1955 y el mayor de siete hermanos.
“Magic” fue el primer seleccionado en el sorteo de 1979 por los Lakers de Los Ángeles, proveniente de la Universidad de Michigan State, donde fue campeón de la NCAA frente a la Indiana State de Larry Bird, con quien llenó de brillo la NBA en la década de los 80 en el llamado mejor baloncesto del mundo.
Johnson ha crecido al nivel de ser un empresario próspero en los Estados Unidos, con inversiones en diversos campos, incluidas compañías en las zonas de personas necesitadas. No está en el terreno con los Dodgers, pero es un tremendo activo de la escuadra. “Tenemos algo muy especial aquí en los Dodgers. No solo en el terreno, sino en el tremendo vínculo que hemos logrado con la comunidad. Soy un creyente de ayudar a la comunidad”, dice. El fornido hombre de negocios, antes de la entrevista, realizada en el Dodger Stadium en la ciudad de Los Ángeles, California, estuvo por varias ciudades de la Unión Norteamericana dando charlas motivacionales ante diversas audiencias, trabajo que aunque le gusta, lo define como más difícil que cuando era armador en el exigente mundo de la NBA, labor por la que se ganó cinco anillos de campeón como figura principal del llamado “Showtime” de los Lakers.
La sonrisa que fue su marca de fábrica en su época de jugador aún le acompaña. Dice que su fe es más fuerte que nunca y que todavía queda mucha magia por aportar y sobre todo mucho que dar a las comunidades que necesitan.
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