Con 74 años, Al Pacino ni se plantea dejar la actuación, una profesión por la que sigue sintiendo devoción tal y como reflejan las magníficas críticas que está recibiendo con “The Humbling” y que, pese a todo, no evitarán que regrese a su verdadero hogar: el teatro.
“Se puede decir que casi nací en el teatro”, dijo el actor durante la apertura de la II edición del certamen “Películas para Adultos”, organizado por la fundación AARP.
“El teatro -añadió- fue mi infancia y mi educación en la vida. Estoy más cómodo allí que haciendo películas. Y es donde encuentro los mayores retos”.
“Amo salir cada noche a escena y no saber qué va a ocurrir”, confesó.
“Es -explicó- maravilloso porque es diferente cada vez. Es como un artista sobre un trapecio. En el cine, el trapecio está a ras de suelo. Si te caes, vuelves y lo haces de nuevo. En el teatro no tienes esa seguridad. Tienes que seguir adelante. Esa incertidumbre es catártica”.
Pacino regresará a las tablas de Broadway a finales de 2015 con la obra “China Doll”, de David Mamet, con quien el intérprete ya trabajó en “American Buffalo” (1983) y “Glengarry Glen Ross” (2012), en cuya adaptación cinematográfica de 1992 también participó.
“The Humbling”, de estreno en las salas de EE.UU. en enero, se basa en la novela homónima de Philip Roth y cuenta la historia de Simon Axler, un actor que va perdiendo facultades en el escenario a la vista de todos y decide retirarse por un tiempo.
En pleno declive personal y profesional, Axler, que apenas distingue entre realidad y ficción, conoce a una joven lesbiana (Greta Gerwig) que con su actitud vital y su atractivo sexual le hace recuperar la pasión y la ilusión.
La cinta tiene más de un punto en común con “Birdman”, del mexicano Alejandro González Iñárritu, según reconoció Pacino a una pregunta de Efe.
“Es cierto, menos mal que no la vimos antes de rodarla. Sin embargo, creo que esta es una comedia y ‘Birdman’ una sátira extraordinaria. Una farsa, diría yo. Es una cinta poderosa”, sostuvo.
“The Humbling”, dirigida por Barry Levinson, con quien Pacino ya colaboró en la cinta de HBO “You Don’t Know Jack” (2010), cuenta con un guion de Buck Henry -autor del libreto de “The Graduate” (1967), que firma aquí su primer texto en más de una década- y Michal Zebede.
“Philip Roth es de los mejores autores de todos los tiempos”, indicó Pacino, que vio el relato como “un viaje a la oscuridad y a la perdición de un actor” que ha dejado escapar demasiadas oportunidades y no encuentra ningún estímulo.
A Pacino la historia le recordaba más a los célebres bloqueos mentales de los escritores que se enfrentan a un folio en blanco, porque no cree que los actores sufran ese mal.
El gran dilema de los artistas es, según el ganador del Óscar por “Scent of a Woman” (1992), “perder la memoria”.
“Eso es lo verdaderamente grave. La gran tragedia”, apuntó el actor.
“Me gusta -manifestó- aprender las palabras para, luego, olvidarlas y que vengan de forma natural. Llego al escenario y me salen de forma natural, expresando el conocimiento que ya tengo. Cuando esa magia se va, es terrorífico. Eso contribuye a la falta de apetito y deseo de seguir adelante”.
Hace un tiempo se rumoreó que Jack Nicholson había abandonado la interpretación porque ya no podía recordar sus líneas.
Sin embargo, Pacino quiso echar por tierra esa leyenda y develó que estuvo recientemente con su compañero de profesión, al que vio “estupendamente”.
“No creo que sea su caso”, sostuvo, al agregar: “Le vi la pasada noche y se sabía todas sus palabras. Yo le vi muy bien y muy animado. Su aspecto era estupendo”.
Aunque Pacino parece haber redescubierto su amor por el cine en los últimos años con proyectos de calidad como “Salomé”, “Phil Spector” y “Manglehorn”, lo cierto es que, en la actualidad, ve un problema fundamental en ese medio.
“En las películas -comentó- no tienes tiempo para ensayar. Es lo más triste del cine hoy día. Todo va con prisas. Recuerdo que Sidney Lumet (“Serpico”, 1973; “Dog Day Afternoon”, 1975) rodaba muy rápido porque procedía de la televisión, pero con él ensayábamos durante tres semanas. Ahora no es así para nada”.
En su intervención frente a los espectadores del certamen, Pacino admitió que no ve sus propias películas (“ya no puedo hacer nada por ellas, es demasiado tarde”, razonó), comentó que desearía interpretar a Peter Sellers y reconoció que hay un poco de él en cada una de sus obras.
“No sé -admitió- quién soy realmente. Llevo en esto tanto que siento que es una parte de mí”.
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