EFE
Honduras
Sumida en el dolor y encerrada en su casa, Teresa Muñoz exigió ayer que la "justicia" alcance a Plutarco Ruiz, quien para ella es "el principal culpable" del asesinato la semana pasada de sus hijas, la Miss Honduras Mundo 2014, María José Alvarado, y su hermana Sofía Trinidad.
"Espero que hoy la justicia haga lo suyo, que lo castigue (a Ruiz) y a los otros que participaron en el crimen. Él (Ruiz) es el principal culpable de la muerte de mis hijas", dijo la madre de las hermanas Alvarado en una entrevista con Efe en la ciudad de Santa Bárbara, departamento occidental del mismo nombre, a unos 200 kilómetros de la capital hondureña.
Ruiz, quien este miércoles comparecerá ante una jueza en San Pedro Sula, en el norte de Honduras, junto a otras tres personas implicadas en el doble crimen, era el novio de Sofía Trinidad, de 23 años, la segunda hija de Teresa Muñoz.
Su hermana menor y reina de belleza, María José, de 19 años, había venido desde Tegucigalpa a Santa Bárbara para asistir a una fiesta por el cumpleaños de Ruiz, quien niega que las haya asesinado, aunque las autoridades de la Secretaría de Seguridad lo acusan a él.
"También espero que la justicia divina se haga sentir en el caso de mis hijas, él va a declarar hoy en los juzgados, pero él es el culpable", enfatizó Teresa Muñoz con sus ojos inundados de lágrimas.
El corto diálogo se dio con la señora Muñoz en el interior de su casa, sin que permitiera el acceso de los periodistas de Efe, solamente asomándose por una cortina blanca que cuelga de una ventana de celosías reforzada en su exterior con una verja de hierro.
Mientras respondía, Teresa cargaba en brazos a uno de sus dos nietos, hijo de su hija mayor, Corina, quienes son los únicos que le acompañan en casa.
"Óscar es el mayor de mis nietos, tiene tres años y lleva el mismo nombre de su abuelo, mi esposo, Óscar Virgilio Alvarado", con quien estuvo casada 25 años y murió hace dos a causa de un cáncer, según explicó.
"Yo he cuidado mucho a mis hijas porque desde la muerte de mi esposo he tenido que ser madre y padre para ellas", dijo la acongojada madre de las tres hermanas Alvarado.
El otro nieto, Alesandro, que acaba de cumplir un año, juega en la sala mientras su madre, Corina, también responde a Efe, asomando por la ventana, que lo que esperan de los tribunales es "justicia".
"Lo único que queremos es que les dicten la fuerte sentencia que se merecen, aunque con eso no voy a recuperar nunca a mis hermanas, pero pagarán por lo que han hecho", agregó.
Teresa Muñoz, quien el martes no quería hablar con periodistas porque, según indicó Corina a Efe, algunos han dicho "muchas mentiras" y "ofendido" a sus hermanas, recordó además que María José y Sofía Trinidad "eran buenas hijas".
"Ellas eran bien amorosas, cariñosas conmigo, buenas hijas, igual que Corina", dijo entre sollozos.
En la sala comedor de su casa también hay una ofrenda floral grande montada en un caballete y una tarjeta, además de recuerdos y una fotografía grande de familia.
En Santa Bárbara hay mucha conmoción por el asesinato de las hermanas Alvarado, quienes "eran jóvenes de bien", según dijo a Efe una vecina de Teresa Muñoz que pidió la reserva de su nombre.
"Yo también las quería como si fueran hijas mías, eran lindas, cariñosas, atentas, muy buenas hijas", añade la misma mujer, que manifestó estar "triste como este día gris y de lluvia que hoy tenemos".
En otro extremo de la ciudad de Santa Bárbara, el pediatra Sergio Reyes recuerda a María José y Sofía Trinidad cuando fue su médico "durante unos cinco años".
"Ellas tendrían más o menos unos cinco años cuando comencé a atenderles, su madre siempre venía con las tres, aunque solamente una necesitara atención médica", indicó Reyes.
Agregó que "eran niñas sanas, venían por enfermedades comunes, no por algo grave. Caminaban juntas madre e hijas, muy unidas", acotó el pediatra, también conmovido por la tragedia que ahora enluta el hogar de Teresa Muñoz.
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