AP
Damasco, Siria
Una bomba colocada en un autobús que transportaba peregrinos libaneses por sitios sagrados chiíes en Damasco estalló el domingo, lo que dejó al menos siete muertos, según activistas sirios y la prensa libanesa.
El atentado pone de relieve la naturaleza sectaria de la guerra en Siria, que ya lleva cuatro años, y cómo Líbano se ha visto involucrado en ese complejo conflicto.
El ataque dejó al menos 20 heridos y rompió los vidrios de las ventanas del autobús cerca de la ciudadela de Damasco y el mercado Hamidiye, que data de siglos, según la prensa estatal.El Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña y que depende de una red de activistas en el interior de Siria para compilar información, dijo que el estallido dejo siete personas muertas.
La cifra de víctimas del observatorio fue ligeramente mayor que la difundida por la prensa estatal y al-Manar, el canal de televisión controlado por el grupo armado chií libanés Jezbolá.
Es ordinaria la difusión de cifras contradictorias de muertos y heridos después de este tipo de atentados.
Tomas que difundió al-Manar muestran a una mujer, al parecer en estado de conmoción, que yace en la cama de un hospital con una camisa manchada de sangre. Un médico retiraba diversos fragmentos o vidrios de la espalda ensangrentada de un hombre.
Al-Manar indicó que la bomba estalló cuando los peregrinos viajaban del santuario de Sayidna Ruqqaya, en el centro de Damasco, al templo de Sayidna Zeinab, en el sur de la ciudad.
El autobús pertenecía a una compañía de recorridos para peregrinos chiíes libaneses y había partido de Beirut el domingo en la mañana, dijo Fadi Jair el-Deen a al-Manar, un funcionario de la empresa.
Las fuerzas de seguridad desmantelaron otra bomba encontrada cerca del autobús, informó la prensa estatal siria. Hasta el momento se desconocía cuándo o de qué manera fue colocada en el vehículo.
La filial de al-Qaida en Siria, el Frente Nusra, se atribuyó el atentado y acusó a los pasajeros del autobús de ser combatientes de Jezbolá.
El Frente Nusra también afirmó que la agresión fue perpetrada por un atacante suicida, en tanto que la prensa estatal siria y al-Manar señalaron que se trató de una bomba colocada en el autobús.
El Frente Nusra destacó el posible motivo por el que los peregrinos fueron blanco del atentado: una venganza porque los combatientes de Jezbolá defienden al presidente sirio Bashar Assad.
Debido a la participación directa de Jezbolá en el conflicto sirio, los radicales suníes han hostilizado a las comunidades chiíes en Líbano.
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