La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, aseguró hoy durante su visita relámpago a Pakistán que el gobierno local no conocía el paradero durante años del líder de Al Qaida, Osama bin Laden.
"No hay ni una prueba en absoluto de que alguien en el gobierno paquistaní supiera que Osama bin Laden vivía a solo unas millas del lugar en el que nos encontramos hoy", señaló la jefa de la diplomacia estadounidense. Al tiempo, pidió al gobierno una lucha decidida contra los terroristas.
La visita es la de más alto rango de un funcionario estadounidense desde la operación el 2 de mayo de un comando de ese país para matar a Bin Laden, en la ciudad de Abottabad, que abrió brechas en las relaciones bilaterales debido a que Pakistán no fue informado de la operación. La funcionaria, acompañada del jefe del Estado Mayor, Michael Mullen, estuvo solo entre cinco y seis horas en Pakistán, según un portavoz del Ministerio del Exterior en Islamabad.
"No hay ni una prueba en absoluto de que alguien en el gobierno paquistaní supiera que Osama bin Laden vivía a solo unas millas del lugar en el que nos encontramos hoy", señaló la jefa de la diplomacia estadounidense. Al tiempo, pidió al gobierno una lucha decidida contra los terroristas.
La visita es la de más alto rango de un funcionario estadounidense desde la operación el 2 de mayo de un comando de ese país para matar a Bin Laden, en la ciudad de Abottabad, que abrió brechas en las relaciones bilaterales debido a que Pakistán no fue informado de la operación. La funcionaria, acompañada del jefe del Estado Mayor, Michael Mullen, estuvo solo entre cinco y seis horas en Pakistán, según un portavoz del Ministerio del Exterior en Islamabad.
"Ningún país ha sacrificado más vida en esa lucha contra el extremismo violento que Pakistán", dijo Clinton tras un encuentro con el presidente paquistaní, AsAli Zardari, el primer ministro, Yusuf Raza Gilani, y el jefe del Ejército, Ashfaq Parvez Kayani.
"Los extremistas mataron a mujeres y niños, hicieron saltar por los aires mezquitas y mercados sin consideración por las vidas humanas y la dignidad", añadió.
Desde Pakistán, los terroristas matan a inocentes en el propio país, en Afganistán y en otros estado más lejanos, añadió.
"Pakistán y Estados Unidos colaboraron para detener o matar a muchos de esos terroristas en suelo paquistaní. Pero los dos reconocemos que es necesario un trabajo mayor y que es urgente".
Estados Unidos realizará su contribución y espera del gobierno paquistaní que adopte medidas decididas. Con la muerte de Bin Laden se alcanzó un "punto de inflexión", pero Al Qaida sigue siendo una seria amenaza para Pakistán y Estados Unidos. Una actuación conjunta contra Al Qaida y los grupos terroristas aliados hará de Pakistán, América y el mundo lugares más seguros, añadió Clinton.
Además, Clinton consideró que Pakistán debe formar parte del proceso de reconciliación con los talibanes en Afganistán, pues deben tenerse en cuenta sus intereses, consideró Clinton, ya que muchos líderes talibanes siguen viviendo en Pakistán. Islamabad tiene la responsabilidad de evitar que se ataquen objetivos afganos desde Pakistán.
Antes que Clinton intentaron calmar los ánimos con visitas a Pakistán el senador John Kerry y el enviado especial estadounidense para Afganistán y Pakistán, Marc Grossman.
El Parlamento paquistaní condenó la operación estadounidense como una violación de su soberanía y los diputados amenazaron con cortar el abastecimiento a las tropas de la OTAN en Afganistán en caso de repetirse.
"Pakistán debe entender que el antiamericanismo y las teorías de la conspiración no harán desaparecer los problemas", dijo Clinton al respecto.
El "Washington Post" publica entretanto que Pakistán dio permiso a la agencia de inteligencia estadounidense CIA para que investigue la casa donde fue abatido Bin Laden. La autorización incluye la presencia de un equipo de forenses que analizará la casa con moderno instrumental para encontrar documentación que pudiera estar oculta en las paredes o enterrada.
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