CNNMoney — Dhanji R. Prasanna es un ingeniero de software radicado en Sídney. Recientemente dejó su empleo en Google, donde pasó casi tres años trabajando en proyectos como Google Wave. Esta es su opinión respecto a la nueva rivalidad entre Facebook y Google+. Sobran expertos que hablen sobre el futuro y el destino de Google+, la red social de Google. Muchos de esos comentarios se centran en la competencia con Facebook, y si logrará desbancarlo en el espacio de las redes sociales.
Yo, creo, tengo una perspectiva única de la cuestión, pues trabajé en el proyecto ‘paraguas' del cual surgiría después Google+. Me quedé unos 6 u 8 meses luego de que Wave fuera cancelado, y conozco a muchos de los ingenieros y diseñadores de producto que participaron en esta aventura.
En mi opinión, Google+ no es tan innovadora. Logra todos los detalles que debe tener un imitador de Facebook, y añade algunos puntos distintivos que son genuinamente atractivos. Sin embargo, personalmente no me parece tan interesante. Según lo veo, Twitter fue una innovación mucho mayor y sigue sin igualarse. Pero antes de que me acusen de severo, pienso que la innovación de producto no es su principal objetivo.
Los círculos
Hace algunos años, antes de que Google se interesara de lleno por las redes sociales, un investigador de Experiencia de Usuario de Google, llamado Paul Adams, creó una presentación en diapositivas denominada Real Life Social Network.
Adams expuso de una manera muy clara que había un desajuste entre lo que compartías en Facebook y la forma en que interactuabas en la vida real. Cuando compartes una foto tuya haciendo algo loco en una fiesta, no pretendes que tus tíos la vean, ni los colegas del trabajo. Pero Facebook no hacía bien el trabajo de hacer esa separación. Eso, en esencia, es lo que explicaban las diapositivas de Adams con gran detalle y análisis.
Así, cuando Google emprendió sus primeros esfuerzos en la red social, retomó la investigación de Paul e ideó el producto Círculos. Esta iba a ser la diferencia fundamental entre Google+ (entonces recibía el nombre código Emerald Sea) y Facebook.
Cuando nos presentaron el proyecto Emerald Sea, mi equipo escuchó las elucidaciones del equipo de Círculos. Escuché con educación, pero cada vez me sentía más frustrado por la lentitud que mostraban los ingenieros de Google. Pregunté lo obvio: "Si bien coincido en que Círculos es una función atractiva, las diapositivas de Paul son de dominio público. Seguramente alguien en Facebook ya las vio, y no tardarán en copiarlas ¿no?"
Me dirigieron una mirada de resignación. Ellos conocían ese peligro, pero apostaban por que Facebook no sería capaz de hacer cambios tan fundamentales en su producto, y menos que lo hiciera antes de que Emerald Sea saliera al mercado.
Me reí, incrédulo. Facebook tiene una cultura del hackeo. Tiene apenas un puñado de ingenieros, pero desarrollan con herramientas veloces y adaptables como PHP, en especial si se las compara con los lentos mastodontes que usamos en Google. Para ese entonces, más de 200 ingenieros de Google habían producido en tres meses poco más que feos demos.
Yo veía cómo TechCrunch publicaba una y otra vez filtraciones de información sobre un proyecto secreto en el cual Facebook trabajaba. En Google, los ingenieros se sentían cada vez más frustrados. Algunos abandonaron Emerald Sea y se fueron a otros proyectos, algunos incluso se pasaron a Facebook. Tenía la impresión de que nadie había escuchado a Paul Adams. A muchos les preocupaba que el trabajo de Adams, que aparecería en un libro suyo próximo a publicarse, fuera visto por todos.
Un buen día, Paul Adams renunció y se pasó a las filas en Facebook. Yo estaba convencido de que ese era el fin de Emerald Sea.
Luego ocurrió lo siguiente: Facebook por fin lanzó el producto que por tanto tiempo preparó en secreto, su respuesta a la tesis de Paul. El producto se llamaba Facebook Groups.
Me quedé estupefacto. Probé la nueva función, quería verlo con mis propios ojos... era verdad, Facebook había interpretado erróneamente la cuestión, falló. No había ningún cambio real, ningún incentivo para que las personas ‘mapearan' sus círculos sociales de la vida real y los pasaran a una gráfica virtual, y la función incluso pasaba desapercibida, escondida en una pestaña.
Recordé entonces lo que me dijo el equipo de Círculos: "Sabemos el peligro que hay, pero contamos con el hecho de que Facebook no sea capaz de cambiar algo tan profundo en su producto." Inicialmente creí que me decían que Facebook no tendría la habilidad para hacer los cambios técnicos necesarios. Pero me equivoqué, lo que en verdad me decían era que Facebook no estaría dispuesta a cambiar el rumbo de una forma tan fundamental. Y no puedes culparlos, tienen una audiencia cautiva de dimensiones masivas.
Hoy, Círculos es la función central de Google+, y ha recibido una respuesta positiva tanto de usuarios como de la prensa. ¡Vaya!
Ahora bien, no digo que Círculos sea la funcionalidad que derribará a Facebook de su trono. Lo que digo es que estos dos productos no juegan en un terreno parejo. Como le ocurre a Microsoft con su Office en línea, es increíblemente difícil para Facebook realizar cambios fundamentales en su suite de producto para responder a las amenazas competitivas. Por eso creo que Google+ tiene una posibilidad real de destronar a Facebook.
Sin embargo, hay tantas cosas en juego que el resultado de esta pugna es incierto. Una vez hecha esa advertencia, esta es mi predicción: Google+ no usurpará el trono de Facebook. Crecerá y se convertirá en un jugador fuerte, competitivo, una alternativa muy necesitada, como lo ha sido Google Chrome con Internet Explorer de Microsoft. Facebook continuará siendo el principal jugador, pero no tendrá una cuota dominante en el mercado de las redes sociales.
Auguro que cuando este juego termine, no habrá más tronos para disputarse.
Yo, creo, tengo una perspectiva única de la cuestión, pues trabajé en el proyecto ‘paraguas' del cual surgiría después Google+. Me quedé unos 6 u 8 meses luego de que Wave fuera cancelado, y conozco a muchos de los ingenieros y diseñadores de producto que participaron en esta aventura.
En mi opinión, Google+ no es tan innovadora. Logra todos los detalles que debe tener un imitador de Facebook, y añade algunos puntos distintivos que son genuinamente atractivos. Sin embargo, personalmente no me parece tan interesante. Según lo veo, Twitter fue una innovación mucho mayor y sigue sin igualarse. Pero antes de que me acusen de severo, pienso que la innovación de producto no es su principal objetivo.
Los círculos
Hace algunos años, antes de que Google se interesara de lleno por las redes sociales, un investigador de Experiencia de Usuario de Google, llamado Paul Adams, creó una presentación en diapositivas denominada Real Life Social Network.
Adams expuso de una manera muy clara que había un desajuste entre lo que compartías en Facebook y la forma en que interactuabas en la vida real. Cuando compartes una foto tuya haciendo algo loco en una fiesta, no pretendes que tus tíos la vean, ni los colegas del trabajo. Pero Facebook no hacía bien el trabajo de hacer esa separación. Eso, en esencia, es lo que explicaban las diapositivas de Adams con gran detalle y análisis.
Así, cuando Google emprendió sus primeros esfuerzos en la red social, retomó la investigación de Paul e ideó el producto Círculos. Esta iba a ser la diferencia fundamental entre Google+ (entonces recibía el nombre código Emerald Sea) y Facebook.
Cuando nos presentaron el proyecto Emerald Sea, mi equipo escuchó las elucidaciones del equipo de Círculos. Escuché con educación, pero cada vez me sentía más frustrado por la lentitud que mostraban los ingenieros de Google. Pregunté lo obvio: "Si bien coincido en que Círculos es una función atractiva, las diapositivas de Paul son de dominio público. Seguramente alguien en Facebook ya las vio, y no tardarán en copiarlas ¿no?"
Me dirigieron una mirada de resignación. Ellos conocían ese peligro, pero apostaban por que Facebook no sería capaz de hacer cambios tan fundamentales en su producto, y menos que lo hiciera antes de que Emerald Sea saliera al mercado.
Me reí, incrédulo. Facebook tiene una cultura del hackeo. Tiene apenas un puñado de ingenieros, pero desarrollan con herramientas veloces y adaptables como PHP, en especial si se las compara con los lentos mastodontes que usamos en Google. Para ese entonces, más de 200 ingenieros de Google habían producido en tres meses poco más que feos demos.
Yo veía cómo TechCrunch publicaba una y otra vez filtraciones de información sobre un proyecto secreto en el cual Facebook trabajaba. En Google, los ingenieros se sentían cada vez más frustrados. Algunos abandonaron Emerald Sea y se fueron a otros proyectos, algunos incluso se pasaron a Facebook. Tenía la impresión de que nadie había escuchado a Paul Adams. A muchos les preocupaba que el trabajo de Adams, que aparecería en un libro suyo próximo a publicarse, fuera visto por todos.
Un buen día, Paul Adams renunció y se pasó a las filas en Facebook. Yo estaba convencido de que ese era el fin de Emerald Sea.
Luego ocurrió lo siguiente: Facebook por fin lanzó el producto que por tanto tiempo preparó en secreto, su respuesta a la tesis de Paul. El producto se llamaba Facebook Groups.
Me quedé estupefacto. Probé la nueva función, quería verlo con mis propios ojos... era verdad, Facebook había interpretado erróneamente la cuestión, falló. No había ningún cambio real, ningún incentivo para que las personas ‘mapearan' sus círculos sociales de la vida real y los pasaran a una gráfica virtual, y la función incluso pasaba desapercibida, escondida en una pestaña.
Recordé entonces lo que me dijo el equipo de Círculos: "Sabemos el peligro que hay, pero contamos con el hecho de que Facebook no sea capaz de cambiar algo tan profundo en su producto." Inicialmente creí que me decían que Facebook no tendría la habilidad para hacer los cambios técnicos necesarios. Pero me equivoqué, lo que en verdad me decían era que Facebook no estaría dispuesta a cambiar el rumbo de una forma tan fundamental. Y no puedes culparlos, tienen una audiencia cautiva de dimensiones masivas.
Hoy, Círculos es la función central de Google+, y ha recibido una respuesta positiva tanto de usuarios como de la prensa. ¡Vaya!
Ahora bien, no digo que Círculos sea la funcionalidad que derribará a Facebook de su trono. Lo que digo es que estos dos productos no juegan en un terreno parejo. Como le ocurre a Microsoft con su Office en línea, es increíblemente difícil para Facebook realizar cambios fundamentales en su suite de producto para responder a las amenazas competitivas. Por eso creo que Google+ tiene una posibilidad real de destronar a Facebook.
Sin embargo, hay tantas cosas en juego que el resultado de esta pugna es incierto. Una vez hecha esa advertencia, esta es mi predicción: Google+ no usurpará el trono de Facebook. Crecerá y se convertirá en un jugador fuerte, competitivo, una alternativa muy necesitada, como lo ha sido Google Chrome con Internet Explorer de Microsoft. Facebook continuará siendo el principal jugador, pero no tendrá una cuota dominante en el mercado de las redes sociales.
Auguro que cuando este juego termine, no habrá más tronos para disputarse.
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