La ciudad de Nueva York, donde tocó tierra esta mañana el vórtice del huracán "Irene", despertó prácticamente desierta, con apagones que han dejado sin luz a más de 200.000 personas y las primeras inundaciones en lugares cercanos al río Hudson.Las inundaciones han obligado a cortar el tráfico en algunos puntos de la carretera de circunvalación F.D.R., a la altura de la calle 116, mientras que algunas rampas de acceso a las autovías Grand Central Parkway y Cross Bronx Expressway están anegadas de agua.
En su último boletín de las cinco de la mañana, el Centro Nacional de Huracanes (CNH) indicó que el nivel del agua había subido casi 1,2 metros en el puerto de Nueva York, y, según había adelantado el sábado las autoridades, el mayor peligro por inundaciones empezaba a partir de las 12:00 GMT.
"A esa hora es cuando podría empezar a subir el nivel del agua", advirtió el sábado por la noche el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, en la última de las tres comparecencias públicas que realizó para ofrecer novedades sobre la llegada del huracán "Irene" a la ciudad.
La mayor preocupación de las autoridades es que se puedan producir inundaciones en algunas zonas del sur de la isla de Manhattan, como Battery Park City, que se encuentra a sólo unos pasos de la "zona cero" y de Wall Street, el mayor centro financiero del mundo.
"Irene" llegó también acompañada de importantes apagones en buena parte de la ciudad que han dejado a oscuras cientos de miles de viviendas y negocios en Nueva York y sus alrededores, especialmente en Long Island, donde se calcula que los cortes de suministro afectan a más de 150.000 personas.
Según la empresa eléctrica ConEdison, en estos momentos cerca de 21.000 personas en Queens, 7.500 en Brooklyn y 6.700 en Bronx están sin suministro eléctrico, y otras 18.200 personas en Staten Island, mientras que casi 66.000 siguen sin luz en el condado de Westchester y unas 166.000 en el estado vecino de Nueva Jersey.
El alcalde Bloomberg había ordenado la evacuación obligatoria de unas 370.000 personas que viven en las zonas con mayor riesgo de inundaciones y las autoridades calculan que unos 9.500 neoyorquinos pasaron la noche del sábado en algunos de los 91 refugios repartidos por la ciudad.
Con las calles prácticamente vacías y los neoyorquinos aguantando el chaparrón en el interior de sus casas, a esta hora continúa suspendida toda la red de transporte público hasta nuevo aviso desde el sábado a mediodía (16:00 GMT), cuando las autoridades cerraron el servicio de autobuses, metro y trenes.
Mientras, los túneles y puentes que conectan la isla de Manhattan con el resto de distritos de la ciudad y el estado de Nueva Jersey permanecen abierto, salvo la parte baja del puente George Washington en la parte alta de Manhattan, que ha sido cerrado por los vientos, según informó la Autoridad Portuaria.
Con vientos que superan los 100 kilómetros por hora, también empiezan a verse los primeros árboles y ramas caídas en distintos puntos de la ciudad, mientras que las autoridades insisten en pedir a los neoyorquinos que no salgan a la calle y que permanezcan en sus casa y lejos de las ventanas.
En su último boletín de las cinco de la mañana, el Centro Nacional de Huracanes (CNH) indicó que el nivel del agua había subido casi 1,2 metros en el puerto de Nueva York, y, según había adelantado el sábado las autoridades, el mayor peligro por inundaciones empezaba a partir de las 12:00 GMT.
"A esa hora es cuando podría empezar a subir el nivel del agua", advirtió el sábado por la noche el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, en la última de las tres comparecencias públicas que realizó para ofrecer novedades sobre la llegada del huracán "Irene" a la ciudad.
La mayor preocupación de las autoridades es que se puedan producir inundaciones en algunas zonas del sur de la isla de Manhattan, como Battery Park City, que se encuentra a sólo unos pasos de la "zona cero" y de Wall Street, el mayor centro financiero del mundo.
"Irene" llegó también acompañada de importantes apagones en buena parte de la ciudad que han dejado a oscuras cientos de miles de viviendas y negocios en Nueva York y sus alrededores, especialmente en Long Island, donde se calcula que los cortes de suministro afectan a más de 150.000 personas.
Según la empresa eléctrica ConEdison, en estos momentos cerca de 21.000 personas en Queens, 7.500 en Brooklyn y 6.700 en Bronx están sin suministro eléctrico, y otras 18.200 personas en Staten Island, mientras que casi 66.000 siguen sin luz en el condado de Westchester y unas 166.000 en el estado vecino de Nueva Jersey.
El alcalde Bloomberg había ordenado la evacuación obligatoria de unas 370.000 personas que viven en las zonas con mayor riesgo de inundaciones y las autoridades calculan que unos 9.500 neoyorquinos pasaron la noche del sábado en algunos de los 91 refugios repartidos por la ciudad.
Con las calles prácticamente vacías y los neoyorquinos aguantando el chaparrón en el interior de sus casas, a esta hora continúa suspendida toda la red de transporte público hasta nuevo aviso desde el sábado a mediodía (16:00 GMT), cuando las autoridades cerraron el servicio de autobuses, metro y trenes.
Mientras, los túneles y puentes que conectan la isla de Manhattan con el resto de distritos de la ciudad y el estado de Nueva Jersey permanecen abierto, salvo la parte baja del puente George Washington en la parte alta de Manhattan, que ha sido cerrado por los vientos, según informó la Autoridad Portuaria.
Con vientos que superan los 100 kilómetros por hora, también empiezan a verse los primeros árboles y ramas caídas en distintos puntos de la ciudad, mientras que las autoridades insisten en pedir a los neoyorquinos que no salgan a la calle y que permanezcan en sus casa y lejos de las ventanas.
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