No estacione, no pasajeros, no rebase, no motores, una vía, no arroje basura, no toque bocina... No son simples letreros, son señales de tránsito o normas urbanas que son ignoradas reiteradamente en las vías de la capital y otras ciudades. Muchas veces éstas infracciones se cometen ante la mirada indiferente de los agentes llamados a vigilar que se respeten las leyes.Pareciera que un rótulo de “No estacione” provoca a los conductores a hacer lo contrario a lo que indica el letrero. Si lo duda, haga un simple ejercicio de observación en la avenida Winston Churchill hasta la John F. Kennedy, por citar un ejemplo.
Durante un recorrido realizado por elCaribe por el Centro de los Héroes, que concentra dependencias como el Congreso Nacional y el Ayuntamiento, se observa cómo muchos conductores violan esta señal al ocupar como parqueo las aceras de ambos lados de la avenida.
En el caso de la Procuraduría General parece que se cansaron de la mala costumbre de aquellos conductores que se parquean frente al edificio y colocaron unos conos de color naranja para evitar que utilicen su parte frontal como aparcamiento.
Un poco más adelante, en las cercanías de la calle Correa y Cidrón, ocurre lo mismo. Allí las aceras son ocupadas por las rutas del concho, pese a que hay colocados letreros que mandan a “no montar pasajeros”, allí se detienen tanto los usuarios como los carros del transporte público, entorpeciendo la circulación vehicular.
En el caso de la señal “Una vía”, su violación es igual de frecuente, pero más peligrosa. Muchos se aventuran a entrar en sentido contrario con el pretexto de que sólo se van a “robar un pedacito” de la calle y su osadía les ha llevado a impactar contra otro vehículo que circula de manera correcta.
Joel Núñez, un motoconchista que trabaja en la intersección de la avenida Duarte con la calle Federico Velásquez, dice que frecuentemente se producen accidentes por la imprudencia de los conductores de carros públicos y guagüeros de la ruta 17, que para evadir los tapones se meten en vía contraria.
“Ahí en la Doctor Betances como a las 6:00 de la tarde hay muchísimos enfrentamientos a cada rato, los otros días se desbarató un carro porque una guagua se le estrelló encima”.
Afirma que no vale de nada que los agentes de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET) multen a los que infringen la ley, porque los conductores continúan cometiendo sus imprudencias.
En las inmediaciones del hospital Luis Eduardo Aybar, por donde circulan varias rutas del transporte, las infracciones a las señales de tránsito están a la orden del día. En la Velásquez con calle 6 periodistas de elCaribe observaron que en menos de 15 minutos dos vehículos doblaron a la derecha, pese a estar prohibido girar en esa dirección.
En el caso de los elevados, también se observa la desobediencia de manera habitual por parte de los motoristas que no respetan la prohibición de circulación por los viaductos. Hasta los policías suben al elevado para evadir los taponamientos, poniendo en riesgo su vida y la de los demás conductores.
No sólo se cometen faltas a las señales impuestas por las autoridades del tránsito, sino también a las que muchos ciudadanos colocan para que les sean respetadas las entradas de sus marquesinas o para que no coloquen basura frente a sus viviendas.
En la avenida Churchill con Kennedy se observó un letrero de la junta de vecinos exhortando a los moradores del ensanche Kennedy a no arrojar desperdicios en el lugar. “Limpieza total, no tire basura”. Justo debajo del poste de luz donde está colocada la advertencia se acumula una gran cantidad de basura.
Las señales reglamentarias del tránsito indican a los conductores y peatones las prohibiciones y restricciones de las vías públicas a fin de garantizar una buena convivencia ciudadana.
Según el tarifario de multas de la AMET por infringir la Ley 241, sobreTránsito, la violación a las señales de circulación conlleva multas que va de 530 a mil pesos. La misma sanción aplica para aquellos conductores que doblan en vía contraria, hacen viraje en “u” en lugares prohibidos, giros prohibidos y por lanzar desperdicios a la vía pública.
Falta de educación
Una de las causas que acentúan la problemática es que buena parte de los conductores dominicanos no tienen una educación vial que les dote de los conocimientos necesarios sobre las normas y señales de circulación, que les inculque hábitos y actitudes positivas para la buena convivencia en calles y carreteras.
“Lamentablemente en nuestro país la gente no tiene educación y los conductores violan adrede muchas veces la ley, porque no todo el tiempo los policías van a estar detrás del conductor, pero cuando son sorprendidos, tal como establece la ley nosotros los fiscalizamos”, afirma el director de la AMET, José Aníbal Sanz Jiminián.
Sostiene que en lo que va de año los agentes de tránsito han colocado cerca de 600 mil multas por infracciones a la Ley 241, lo que constituye todo un récord de la institución, aunque reconoce que el porcentaje que se paga es muy mínimo.
“En el caso de la avenida Churchill, tenemos un servicio permanente con policías motorizados, a veces nos llevamos el vehículo en grúa hasta el Canódromo pero llevarlo cuesta más de mil pesos, y no disponemos de tantas unidades (grúas) para hacerlo”.
Señala que el dominicano se ha acostumbrado a no cumplir la ley en su país pero cuando emigra a una nación desarrollada se acoge a las leyes. “Allá son incapaces de usar un celular manejando porque inmediatamente son fiscalizados”.
Sanz Jiminián aboga porque en el país se implemente la asignatura de tránsito vial en el bachillerato, tal y como se hace en otras naciones, donde los estudiantes egresan no sólo con el título de bachiller sino que además adquieren su licencia de conducir.
Las sanciones por las violaciones a la ley de tránsito son muy benévolas, a juicio del director de AMET, quien afirma que es necesario y urgente su modificación en el Congreso de la República.
“Estamos abogando porque esas sanciones sean triplicadas o cuatriplicadas, eso es lo que le duele al ciudadano, cuando le tocan su bolsillo”. Aspira a que se establezcan medidas coercitivas más drásticas para que se incremente la seguridad vial.
Y es que que saltarse un semáforo en rojo o ir en vía contraria no sólo pone en riesgo la vida del que comete la infracción, sino también la de los demás. l
Sistema de puntos y tránsito inteligente
El establecimiento de un sistema de puntos para la obtención de la licencia de conducir contribuiría a respetar las señales de tránsito, según indica el director de la AMET, José Aníbal Sanz Jiminián. Este sistema aplicado en varios países de Latinoamérica, como Perú y México, consiste en que al obtener el permiso de conducir, al ciudadano se le otorga una cantidad de puntos determinada y dependiendo de las infracciones cometidas, como la violación a la luz roja, entrar en señal contraria, se les van restando. Si pierde todos los puntos, su licencia queda suspendida y debe aplicar para obtenerla otra vez
En tanto, que el Tránsito Inteligente consiste en instalar una central con cámaras de última generación en los semáforos que se utiliza en las principales ciudades del mundo para el control e integración del tránsito.
La central inteligente permite optimizar la circulación en las calles y avenidas, con el monitoreo de los semáforos y un sistema de multas mediante toma fotográfica, captando “infraganti”. Jiminián afirma que con las cámaras no habría necesidad de tener un agente en cada esquina.
En tanto, que el Tránsito Inteligente consiste en instalar una central con cámaras de última generación en los semáforos que se utiliza en las principales ciudades del mundo para el control e integración del tránsito.
La central inteligente permite optimizar la circulación en las calles y avenidas, con el monitoreo de los semáforos y un sistema de multas mediante toma fotográfica, captando “infraganti”. Jiminián afirma que con las cámaras no habría necesidad de tener un agente en cada esquina.
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