Medio millón de haitianos malvive en las plazas de Puerto Príncipe. Usted mismo, en persona y libreta en mano, ha organizado el desalojo y la reubicación de los desplazados. ¿Cuál es su futuro?
Con los campamentos nos está yendo muy bien. Hemos logrado realojar a miles de familias en un refugio completo, en otros tres cuartos de otro Y estamos comenzando el trabajo en el más grande, situado al lado del Palacio Presidencial (Campos de Marte). No es fácil, pero para nosotros es un gran símbolo: 18 meses después del terremoto nada se había hecho. Después de seis meses como presidente, muchos de ellos sin un Gobierno [el Parlamento, con mayoría opositora, vetó dos candidatos a primer ministro], era impensable que se pudiera hacer tanto. Tenemos un programa, llamado 16/6, con 16 campamentos que estamos reubicando en seis barrios. Mi política no es pagar a la gente para que se vaya de los campamentos, sino ayudarla para que se reubique y pueda encontrar un hogar.
¿Cuánto tiempo calcula que van a tardar para reubicar al medio millón de personas que todavía no tienen hogar?
Mi esperanza es que podamos terminar de reubicarlos al finalizar mi mandato [que expira en 2016], incluso antes. Ese es mi sueño. Tal y como lo he explicado, puede parecer que no es una tarea muy compleja. Estamos rehabilitando los hogares de mucha gente.
Me comentan que han entregado un tercio de lo que han prometido, que equivale a 3.000 millones de dólares. Pero realmente no sabemos qué se ha hecho con ese dinero. Esperamos que podamos conseguir los dos tercios restantes, que aún no se han entregado, para poder hacer grandes cosas.¿Cuánto dinero le deben todavía a los países que han efectuado donaciones a Haití?
La ONU extendió mandato de la Minustah hasta 2012. Pero usted insiste en la idea de crear un Ejército propio (Jean-Bertrand Aristide lo abolió en 1995). ¿De dónde procederían las armas? ¿Y el dinero para su creación?
Todos los países tienen su fuerza armada. Hemos creado una comisión que lo va a evaluar, pero necesitamos una fuerza moderna capaz de moverse en desastres naturales, que ayude a reconstruir el país.
¿Algún Gobierno ha ofrecido ayuda?
Todos quieren ayudar. Algunos no quieren que tengan sección de Fuerzas Armadas. Les gustan los cuerpos humanitarios, ingenieros y médicos. Pero las Fuerzas Armadas significan fuerzas armadas. Hemos identificado una forma de pagar por esta fuerza armada, de la misma manera que he identificado los fondos para la iniciativa de educación. Entiendo que mucha gente lo vea con cautela, pero estamos dispuestos a trabajar con la sociedad civil en esta comisión.
Hay que canalizar el trabajo de estas ONG para ayudar realmente a la gente que lo necesita. Vamos a implementar nuestro plan de coordinación con las organizaciones no gubernamentales, porque si no estas vienen al país para ayudar y terminan no haciéndolo.Uno de sus objetivos en campaña fue la coordinación de Gobierno, ONG y países donantes. ¿Cómo ha avanzado en este empeño?
Sus seguidores, hace un año, defendieron en la calle su triunfo electoral. Usted prometió no desilusionarles.
Voy a defender la democracia, pero democracia no es anarquía. Y algunos la han querido utilizar para paralizar el desarrollo del país. Pretendo restablecer el orden, el Estado de derecho, la educación y la salud pública Esa es mi gran misión.
Ha buscado la reconciliación nacional, tanto con Jean-Claude Duvalier como con Aristide. ¿Confía en su lealtad?
Duvalier representa el pasado histórico de la dictadura y Aristide, el pasado de la democracia. No era democracia, sino anarquía. La lucha no era por la educación o la salud, simplemente se trataba de dos bloques enfrentados buscando poder. Lo que quiero hacer, ahora que están los dos fuera de él, es conseguir el perdón de todos y olvidar el pasado.
Pero la gente pide justicia
No hay tal demanda en Haití. Nadie. Alguna institución y algún Gobierno sí han exigido un proceso judicial, pero en Haití nadie lo reclama. Además, yo, como presidente, no tengo poder sobre el Poder Judicial. No me gusta hablar del pasado. Estamos trayendo cosas que yo prefiero dejar enterradas y mirar hacia delante. Por eso quiero lograr este simbolismo, de perdón y unidad, para mirar hacia delante. Mucha de esta gente quiere que yo fracase. Trabajemos juntos y miremos hacia delante.
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