Hoy 25 de abril es Día mundial contra el ruido, por lo que hay que hacer conciencia sobre sus efectos y las medidas preventivas para evitar daños a la salud. Pero la humanidad empezó a desarrollarse de tal manera con la construcción de ciudades, fábricas, industrias y comercios y con la Revolución Industrial, no sólo el humo fue el símbolo de progreso, sino también el ruido.
Así, el ser humano que siempre busca cómo mejorar y facilitar su vida, ha sobrecargado no solo las grandes ciudades, sino su vida personal de una serie de aparatos, instrumentos, maquinarias y equipos, que si bien logran su objetivo, también ocasionan un grave daño al ambiente y a la salud, provocando uno de los elementos más contaminantes de la era actual: el ruido.
El silencio llegó a ser tan importante y apreciado en algunas culturas antiguas, que por ejemplo, en Roma, en el Siglo I, se prohibía la circulación de caballos y carretas por la ciudad y se penalizaba, incluso con la muerte, quien alteraba el orden y el silencio.
El ruido es un conjunto de sonidos carentes de cualidades "musicales" o de significados agradables. En otras palabras es un sonido indeseable, irritante y molesto y la molestia varía dependiendo de su intensidad y de su origen y de la capacidad de cada persona para tolerarlo.
El ruido es parte de la contaminación ambiental, afecta la capacidad auditiva de quienes están en contacto frecuente con él, al mismo tiempo que ejerce una influencia negativa en la salud física y mental, propiciando diversos trastornos al organismo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el 76% de la población que vive en los grandes centros urbanos, sufre de un impacto acústico muy superior al recomendable y esto se refleja en su calidad de vida y se manifiesta a través de: estrés, irritabilidad, hipertensión, dolores de cabeza, taquicardia, fatiga, sordera, aceleración respiratoria y cardíaca y problemas cardiovasculares, problemas del sueño y molestias digestivas así como la disminución de la capacidad y del apetito sexual, al tiempo que ha contribuido en el alarmante incremento del número de accidentes.
Muchos jóvenes sufrirán trastornos auditivos por el uso excesivo de reproductores de CD y radios con auriculares, el alto volumen que le ponen a la música en su casa y/o en su coche, lo que aumenta el riesgo de accidentes y por el enorme volumen de la música en los "antros" y fiestas particulares. Está comprobado que el oído tarda alrededor de 36 horas en recuperar su sensibilidad auditiva normal, después de estar sometida una noche a la música estridente.
Un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que uno de cada cinco europeos muere de enfermedades asociadas a su medio ambiente en el marco de los países que componen la donde la carga de patologías relacionadas con el entorno varía significativamente -entre un 14 y un 54%- en función de la región.
En el país la población pobre está expuesta a riesgos ambientales hasta cinco veces más a menudo que los ricos. Estudios de la OMS en 2011, determinaron el ruido como el segundo factor más perjudicial para la salud, después de la contaminación del aire. Los datos reflejan para la importancia del problema y la necesidad de reforzar los esfuerzos en la mejora de la calidad acústica
El informe también señala que la contaminación acústica proveniente del tráfico cuesta más de un millón de años de vida saludables a los ciudadanos debido a las enfermedades, disfunciones o muertes prematuras asociadas a este tipo de contaminación.
Nota: Para este trabajo, gracias por la colaboración del equipo de ESMAS.
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