Revelan sus dos amores de juventud
Washington - Una nueva biografía del presidente Barack Obama escrita por el periodista David Maraniss de The Washington Post podrá verse pronto en las librerías. Los primeros fragmentos publicados revelan detalles de su juventud y fragmentos de las cartas que intercambió con dos novias de la época, cuando sus círculos íntimos le conocían como "Barry". La revista Vanity Fair publicó los primeros fragmentos, informó EFE.
A Alex McNear la conoció editando una revista y más tarde la reencontraría en Nueva York en 1982. Ella siempre estuvo enamorada de él, lo llamaba cariñosamente 'Barry'. Cuenta ella que su primera cita fue en un restaurante italiano de Lexington. Bebieron vino. Y él también "algo más fuerte". Después la acompañó a casa y la despidió con un beso. Desde entonces se vieron a menudo y mantuvieron una relación -epistolar durante un tiempo-, a la que la distancia puso fin.
En 1981, Obama se mudó de Los Ángeles a Nueva York para estudiar en la Universidad de Columbia y el cambio fue difícil. Fue un periodo existencial. Se preguntaba sobre su pasado, su presente y su futuro, hacia dónde se dirigiría, y el mismo Obama reconoce que llevaba una existencia ascética. "Se sentía bastante solo", reconoce McNear, un sentimiento que se reflejaba en sus cartas, donde siempre hablaba de él. Compartía sus inquietudes con pocos amigos, incluyendo a sus dos amores.
La relación con McNear fue el típico amor de verano. Paseaban, iban a restaurantes, visitaban museos y hablaban mucho. "Me encantaba hablar con él. Podíamos conversar durante horas", dice ella en el avance de 'Vanity Fair' y recuerda que Obama estaba "obsesionado con las elecciones que uno adopta en la vida y que deciden el futuro". Ahí, empezó a barajar la posibilidad de dedicarse a la política.
La relación con McNear terminó y en 1983, en una fiesta de Navidad en un apartamento del East Village, Obama conoció a Geneive Cook. Ya había acabado sus estudios en Columbia. Ella llegó con un licor de crema, él llevaba tejanos, intercambiaron cuatro palabras en la cocina; pero horas después, cuando Genevieve se disponía a marcharse, Barack le pidió que esperara y "en la conversación saltó el 'click", apunta el autor de la biografía.
Empezaron a verse varias veces por semana, sobre todo las noches de los jueves y los sábados y domingos. Y Obama se enamoró. Geneive Cook, hija de un diplomático australiano, se convirtió en "la más profunda relación amorosa de su juventud", define el autor.
Hay quienes ven en el retrato de esta chica a la enigmática mujer de la que el político estadounidense hablaba en su libro 'Sueños de mi padre' y de la que reconoció estar enamorado.
Con Genevieve Cook compartió vida hasta que la relación acabó en 1985: "Barack sale de mi vida, al menos como amantes. De la misma manera que la relación fue fundada en los límites calculados y en acontecimientos cuidadosamente y racionalmente examinados, parece terminar de forma fríamente calculada", escribió Genevieve por aquel entonces.
La biografía también aborda otros aspectos de la juventud en Nueva York como su primer piso donde "la calefacción y el agua caliente escaseaban" y tenían que recurrir a sacos de dormir y a noches de vigilia en una biblioteca pública cercana para pasar las noches más frías, algo que compensaban luego en una cafetería vecina con un desayuno completo por poco menos de dos dólares.
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