(PL) Milicianos islamistas abatieron hoy a 32 soldados yemenitas en la provincia sureña de Abyan, un día después de que Fahd Al-Quso, el perseguido líder de Al-Qaeda, murió en un bombardeo aéreo estadounidense en Shabwa.
Al menos cuatro oficiales del Ejército perecieron en uno de los dos ataques de supuestos miembros de Ansar Al-Sharía (Partidarios de la Ley Islámica) contra puestos militares fuera de la ciudad de Zinjíbar, capital de Abyan que los insurgentes controlaron desde mayo de 2011.
El asalto a otro puesto de control de las fuerzas armadas provocó 28 bajas letales en las filas gubernamentales, además de que 11 uniformados sufrieron lesiones, según confirmaron fuentes médicas en la vecina ciudad portuaria de Adén.
Si bien Ansar Al-Sharía- que el gobierno vincula con Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQPA)- no reivindicó directamente esas acciones, las autoridades las consideraron una respuesta al ataque combinado de fuerzas terrestres yemenitas y la aviación estadounidense en Shabwa.
Un vocero castrense informó a la agencia oficial de noticias SABA que aviones teledirigidos (drones) de Estados Unidos apoyaron el domingo una operación del Ejército local en la que murieron el dirigente de AQPA Fahd Al-Quso y dos de sus guardaespaldas.
El bombardeo aéreo, que avivó aquí la controversia sobre la intervención militar de drones estadounidenses en los conflictos de Yemen, Afganistán y Pakistán, se ejecutó cerca de la casa de Al-Quso en Rafadh, en el este de Ataq, capital provincial de la oriental Shabwa.
Un jefe tribal de la localidad precisó que dos milicianos perdieron la vida en la incursión, pero declinó puntualizar si los islamistas viajaban a bordo de un carro alcanzado por dos proyectiles, como indicaron fuentes estatales.
Medios nacionales recordaron que Al-Quso había sido condenado en 2004 por una corte yemenita debido a su implicación en el atentado con bomba al destructor de la Armada estadounidense USS Cole, en el cual murieron 17 marineros y otros 40 resultaron heridos en octubre de 2000.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI) ofreció cinco millones de dólares de recompensa por información que condujera a Al-Quso, uno de los más buscados después del clérigo yemenita-estadounidense Anwar Al-Awlaki, muerto en un ataque de un drone en septiembre pasado.
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