sta Héctor Ramón
Medina López, ha abandonado el país con destino desconocido y ayudado
por personas de influencia en el gobierno, descartando que tanto agentes
de la policía como el principal sospechoso el ex peledeísta Juan Manuel
Valentín García (Niño Birí), estén involucrados en el homicidio. La
información sostiene que quienes ayudaron al posible homicida del
deportista a abandonar el país, no les conviene que el caso se
esclarezca, mientras activistas de la comunidad y amplios sectores de
Salcedo presionan al Procurador Fiscal de la Provincia Hermanas Mirabal
para que agilice las investigaciones y se arreste y castigue al
responsable.
Por su parte, Valentín García (Niño Virí),
principal sospechoso en el asesinato del deportista Héctor Ramón Medina,
cuya muerte provocó una huelga de varios días con saldo de otras cuatro
víctimas y decenas de apresados, denunció que ha sido amenazado de
muerte por la Policía Nacional por lo que teme por su vida, al tiempo
que se declara “inocente” del hecho de sangre.
Valentín García dijo que la acusación que lo que
quiere responsabilizar del homicidio del deportista, se la ha hecho el
propio jefe de la Policía Nacional a quien advierte que de ocurrirle
“algo” será el único responsable de cualquier ataque o agresión que
sufra.
Reclama del jefe de la uniformada que presente las
pruebas en su contra que dice tener y cuyas declaraciones las hizo el
Mayor General José Armando Polanco Gómez el viernes de la semana pasada
en el programa “El Gobierno de la Tarde” de la Z-101 FM.
Valentín García dijo que no son ciertas las
acusaciones del general Polanco Gómez y acusó al jefe policial de tratar
de confundir a la población en relación a las investigaciones sobre el
asesinato de Medina.
“Este es un caso político y se me trata de
involucrar porque en la campaña abandoné las filas del PLD y apoyé a
Hipólito Mejía”, añadió el acusado.
Relata que el 12 de mayo, día en que fue asesinado
el deportista, ambos coincidieron en el baño del centro cervecero “La
Fría”, donde inclusive, hablaron de béisbol, deporte que practicaban
juntos desde pequeños.
Explica que un amigo que acompañaba a Medina de
nombre César, puede atestiguar sobre su coartada. Sostiene que al salir
del baño de ese centro cervecero, Medina se sentó en su mesa con el
acompañante y él (García) en la de él y minutos después llegó un amigo
de ambos de nombre Ariel con quien salió a otro negocio, “Rudy Car
Wash”.
Relata que cuando estaban próximos a la
intersección de las calles Hermanas Mirabal y Buenaventura Almánzar,
aparecieron dos unidades de la policía que les ordenaron detenerse, pero
como por su decisión de respaldar al PRD, se sentía amenazado, en vez
de obedecer la orden, lo que hizo fue que trató de huir de la patrulla.
Los agentes le hicieron varios disparos,
alcanzándolo con dos impactos, uno en la parte superior del glúteo
derecho y el otro en el pie derecho.
Narra que estando herido y los policías seguían
disparando, posiblemente con la intención de asesinarlo, siguió la huida
a través de un callejón del barrio Cementerio Viejo, donde esperó que
su esposa llegara y lo llevara a un consultorio de un médico de
confianza donde fue atendido.
Expresó que una hora más tarde se enteró de que su
amigo Ariel Quezada, también había sido herido en una pierna, pero que
en el momento del asesinato del deportista Medina, ya estaba fuera de
Salcedo y no andaba armado como lo acusa el jefe de la policía.
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