El Jardín Gramacho, un gigantesco vertedero de basura en las afueras de Río de Janeiro considerado el mayor de América Latina, cerró finalmente sus puertas este domingo después de funcionar durante 34 años.
El último camión abandonó Gramacho poco antes de una ceremonia oficial que sirvió para marcar el cierre del basurero y en la que participó el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, y la ministra brasileña de Medio Ambiente, Izabella Teixeira.
"Estamos dando fin a un crimen ambiental que hace más de 30 años contaminaba Río de Janeiro", aseguró a la agencia Efe el alcalde de la ciudad, que simbólicamente colocó un candado en la entrada del vertedero.
"Para sustituirlo construimos el Centro de Tratamiento de Residuos Sólidos más moderno de América Latina", agregó Paes al referirse a la planta que funciona hace algunos meses en Seropédica, a 75 kilómetros de la ciudad.
Se prevé que el cierre, sin embargo, deje a unos 1.700 recolectores de basura sin trabajo.
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