NUEVA YORK._ El joven dominicano Dionis Guerrero Báez, ha querido graduarse de cirujano. La Leucemia, cáncer en la sangre y enfermedad crónica lo amenaza con arrebatarle ese sueño. Pero él, personifica la valentía y la resistencia y se aferra cada día a la esperanza de sobrevivir. Guerrero, de 20 años de edad
y quien en el accidente del vuelo 587 el 12 de noviembre del 2001, perdió a su madre y dos hermanas, quienes murieron en la tragedia en camino a la República Dominicana, necesita con urgencia un donante de médula ósea para ser trasplantado.
y quien en el accidente del vuelo 587 el 12 de noviembre del 2001, perdió a su madre y dos hermanas, quienes murieron en la tragedia en camino a la República Dominicana, necesita con urgencia un donante de médula ósea para ser trasplantado.
Una campaña en su favor fue abierta en enero de este año, pero su padre quien lo crió no es compatible con el paciente y la edad del progenitor implicaría también un riesgo, según los médicos que atienden a Guerrero. Es estudiante de la Universidad Hofstra en Nueva York.
“La mejor opción hubiera sido una de sus hermanas, pero la perdió”, dijo la doctora Diane George especialista en la materia. Añadió que el padre del joven no es compatible y tampoco los eventuales cientos de donantes que figuran en la lista del estado.
“El caso de este joven sólo trae de regreso la tragedia a sus pensamientos y lo que él hubiera sido si el accidente del vuelo 587 no hubiese ocurrido”, agrega la doctora George.
“Sólo espero que podamos recuperarlo a través de un trasplante”, sostiene la profesional.
Guerrero no pierde el optimismo y tampoco la esperanza. “Siempre estoy optimista, la vida es un día a la vez y con suerte, encontraremos un donante compatible entre un montón de gente que siempre está disponible”, sostiene el paciente.
“El mejor escenario para mí, sería conseguir a muchos donantes compatibles”, explica el joven cuyo cuerpo ya está exhausto por los repetidos tratamientos contra la Leucemia.
“Prefiero tener cáncer otra vez y no haber perdido a mi madre y a mis hermanas pequeñas”, dijo emotivamente recordando la tragedia que conmovió al mundo y en la que perecieron otros más de 200 dominicanos y dominicanas.
La Leucemia le fue diagnosticada en el 2009 cuando estudiaba en la Universidad de Hofstra. Guerrero dice esperar que su situación e historia, inspiren a mucha gente para que donen sus médulas y ayuden a salvar a otros. “Creo que como persona no he perdido más de lo que he tenido”, sostiene el estudiante.
“Si encuentro algún donante compatible, reanudaré mis estudios y recuperaré mi vida normal. Y no es sólo por mí, muchos otros pacientes esperan el mismo milagro”, expresó Guerrero.
“Siento que mi madre y hermanas siempre están conmigo y son como ángeles que me guían para vencer los obstáculos de la vida”, terminó diciendo.
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