WASHINGTON.- Más de un millón de estudiantes indocumentados en EE.UU., la mayoría de México y el resto de América Latina, podrán inscribirse desde hoy en un programa temporal que les protege de la deportación y les otorga permisos de trabajo.
El programa migratorio temporal responde a una directriz emitida por el presidente Barack Obama el pasado 15 de junio que le ha valido críticas de oportunismo político en pleno año electoral por parte de líderes republicanos y grupos conservadores opuestos a una reforma migratoria.
Para los grupos proinmigrantes, se trata de un momento "histórico": la última vez que EE.UU. otorgó un alivio migratorio masivo fue con la "amnistía" de 1986 para tres millones deindocumentados, sólo que ellos recibieron la residencia permanente.
Para celebrarlo, varios grupos han programado mítines y talleres informativos en ciudades de costa a costa y con alta presencia de inmigrantes, en particular en estados como California, Texas, Illinois, Florida y Nueva York, entre otros.
Centros comunitarios de la comunidad inmigrante en todo Estados Unidos han abierto sus puertas para ofrecer desde hoy ayuda legal gratuita a los llamados "Dreamers" (soñadores), como se conoce a los estudiantes que obtendrían la residencia permanente si el Congreso aprobase finalmente la ley del "Dream Act".
Esa legislación fue aprobada por la Cámara de Representantes en diciembre de 2010 pero quedó estancada en el Senado, en medio de agrias disputas partidistas sobre cómo reformar el sistema de inmigración de Estados Unidos.
La Oficina de Servicios de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) reiteró hoy que la directriz, conocida como "acción diferida", no ofrece estatus legal alguno o una vía hacia la residencia permanente o ciudadanía pero los estudiantes que se acojan al programa "no serán deportados de EE.UU. durante un período renovable de dos años, y pueden además solicitar un permiso de trabajo".
Así, con el pago de 465 dólares, los estudiantes indocumentados podrán obtener un permiso de trabajo temporal y licencias de conducir sin temor a ser deportados.
Pero tendrán que demostrar con documentos válidos que tenían menos de 31 años de edad cuando se anunció la directriz, entraron a EE.UU. cuando tenían menos de 16 años, llevan cinco años de residencia consecutiva y no tienen historial criminal.
Además, tendrán que presentar pruebas de sus estudios y graduación de secundaria o su equivalente, pruebas de su servicio militar o de la Guardia Costera, huellas digitales y demás datos biométricos. USCIS revisará las solicitudes "caso por caso", y los que sean rechazados -por fraude o por tener antecedentes penales, por ejemplo- serán referidos a Inmigración para su posible deportación o procesamiento judicial.
El consenso de los activistas proreforma es que este alivio migratorio es un buen primer paso mientras el Congreso negocia una solución permanente para los once millones deindocumentados en este país.
La mayoría de los líderes republicanos y grupos conservadores afines ha insistido en que la medida anunciada por Obama tiene fines electorales, y han recordado que el mandatario no cumplió con su promesa electoral de 2008 de reformar el sistema migratorio.
El asunto figura en la contienda electoral, cuando faltan menos de tres meses para los comicios generales del próximo 6 de noviembre y ambos partidos cortejan activamente el voto hispano.
El virtual candidato presidencial republicano, Mitt Romney ha prometido que, si llega a la Casa Blanca, impulsará una reforma migratoria, aunque durante las primarias había dicho que vetaría el "Dream Act".
Aunque el Gobierno desconoce cuántos y quiénes recibirán el alivio migratorio, las proyecciones de centros de estudios migratorios oscilan entre 1,39 millones y 1,76 millones deindocumentados.
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