Aumentar las horas de sueño puede conducir a una ingesta reducida de alimentos, aunque el proceso hormonal difiere entre hombres y mujeres, revela un estudio publicado en la revista Sleep.
Los investigadores analizaron la duración del sueño, la desregulación de la glucosa y la regulación hormonal del apetito en 27 hombres y mujeres de peso normal, entre los 30 y los 45 años de edad.
Los participantes fueron estudiados bajo dos condiciones: sueño corto (4 horas) y sueño habitual (9 horas).
El sueño corto aumentó los niveles totales de grelina (la hormona del apetito) en los hombres, pero no en las mujeres; y redujo los niveles de GLP-1 (la hormona de la saciedad) en las mujeres, pero no en hombres.
Los resultados mostraron que dormir menos de cuatro horas produce un aumento del apetito en los hombres, mientras que en las mujeres reduce la sensación de saciedad. Ambos efectos pueden conducir a un aumento de la ingesta, aunque por vías distintas.
Según los autores, esta es la mayor investigación clínica controlada de los efectos de la reducción del sueño en la regulación hormonal vinculada al control de peso.
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